22 de Septiembre de 2006
FSG, FAGiC, FPC, UR
Las entidades abajo firmantes queremos manifestar nuestro desacuerdo con la manera en la que se ha abordado, una vez más, la problemática social de barrios como Sant Joan y Bon Pastor en Figueres (Girona), ejemplos sangrantes, todavía a estas alturas del siglo XXI, de la permanencia de auténticos barrios–gueto en algunas localidades, lugares donde se vienen conculcando, desde hace décadas y sin soluciones eficaces, derechos básicos de muchos ciudadanos y ciudadanas.
El Alcalde de Figueres, según ha recogido la prensa, manifiestó que “La ley es igual para todo el mundo en cualquier barrio de la ciudad” queriendo justificar así la espectacular y desproporcionada actuación policial del 20 de septiembre que, nos tememos, tiene mucho más de maniobra electoralista en vísperas de los cercanos comicios que de auténtica voluntad de mejorar la situación de las personas que malviven en estos barrios.
Queremos recordar, de nuevo, el mandato constitucional tan nítidamente expresado en el Art. 9.2, cuando dice “Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social".
Algo que, en nuestra opinión, no se consigue con grandes operativos policiales sino con unas actuaciones políticas decididas y valientes que realmente mejoren las condiciones de educación, vivienda, empleo, salud, igualdad de trato… en definitiva, de inclusión social de las personas, gitanas o no gitanas, que habitan en estos lugares.
Por otra parte, queremos recordar también a los medios de comunicación su responsabilidad a la hora de difundir estas informaciones y el grave daño que puede producir la mención de la etnia, día tras día y siempre en las secciones de sucesos. Hablar de “barrios o poblados gitanos” siempre identificados con lo negativo (delincuencia, drogas, violencia… ) constituye una estigmatización de las personas de esta etnia que no tienen por qué compartir ninguna de esas condiciones que en nada tienen que ver con la cultura gitana sino, en todo caso, de la “cultura” de la marginación o la exclusión social.
La cuestión de la imagen social de la comunidad gitana tiene una especial relevancia, ya que el mantenimiento de determinados prejuicios y estereotipos negativos en la opinión pública genera graves consecuencias en su acceso a los derechos ciudadanos más básicos como el empleo, la educación, la vivienda, la sanidad, etc. Es decir, que una de las causas de la discriminación que todavía sufren muchos gitanos y gitanas, que no tienen por qué vivir en ambientes marginales, está motivada por la imagen distorsionada que la sociedad tiene de ellos, fruto en muchas ocasiones de la interpretación de la realidad que recogen de los medios de comunicación.
22 de septiembre 2006.
Entidades firmantes:
Fundación Secretariado Gitano – Cataluña.
Federación de Asociaciones Gitanas de Cataluña (FAGIC).
Fundación Pere Closa.
Unión Romaní.
Con la colaboración de:
