01 de Octubre de 2021
FSG
Desde el 2 de octubre de 2020 el Sector VI de Cañada Real ha continuado sufriendo cortes de luz que han generado graves consecuencias en las más de 1.200 familias (4.500 personas, de las cuales 1.800 son niños y niñas) que todavía hoy no tienen una respuesta sobre cuándo terminará esta situación. Desde el 2 de octubre de 2020 el Sector VI de Cañada Real ha continuado sufriendo cortes de luz que han generado graves consecuencias en las más de 1.200 familias (4.500 personas, de las cuales 1.800 son niños y niñas) que todavía hoy no tienen una respuesta sobre cuándo terminará esta situación. Durante los meses de primavera y verano han soportado el calor sin frigoríficos o ventiladores; ahora se aproxima el invierno y con él las lluvias, las bajas temperaturas y aumentan de nuevo los riesgos para tantas personas que quedan desprotegidas.
Por todo ello, desde la Fundación Secretariado Gitano, como una entidad de referencia que lleva años trabajando con las familias de la Cañada Real Galiana a través de un equipo amplio de profesionales, no podemos perder la oportunidad de volver a visibilizar esta grave situación de vulneración de derechos de las personas afectadas. Nos referimos a los derechos a condiciones de vida digna, a la salud, a la vivienda, a la educación, a la seguridad personal y a no ser sometidas a tratos inhumanos o degradantes. No podemos olvidar los numerosos problemas de salud causados el invierno pasado como consecuencia de los cortes de luz y el impacto negativo que esta situación está causando en los niños y niñas por su especial vulnerabilidad y en un momento de inicio del curso escolar.
Pero sobre todo queremos aprovechar este triste aniversario para reivindicar una respuesta estructural desde las instituciones a asentamientos chabolistas y enclaves en situación de alta vulnerabilidad que, como la Cañada Real, pero también otros muchos dispersos por toda España, no reúnen las mínimas condiciones de habitabilidad y suponen un grave riesgo para la salud y la seguridad de las familias que viven en ellas, pero también atentan contra la igualdad de oportunidades y la dignidad de las personas.
En el caso de la Cañada Real, contamos con un compromiso político concreto, un instrumento de obligado cumplimiento por parte de las distintas administraciones y grupos parlamentarios, que es el Pacto Regional para la Cañada. Para alcanzar ese compromiso, hay una coyuntura favorable de marcos políticos y oportunidades de financiación (el Plan de Recuperación y Resiliencia, los Fondos Next Generation, el futuro Plan Estatal para el Acceso a la Vivienda 2022-2025, los Fondos Europeos de Cohesión, etc. ) que permitirían una intervención integral en este tipo de enclaves para la regeneración urbana.
Es urgente la articulación de medidas para que en una década se pueda dar una solución definitiva a la Cañada, con planes de realojos, rehabilitación y urbanización de los espacios, tal como establece el Pacto. Y temporalmente, deben buscarse soluciones que permitan garantizar los suministros básicos a las familias y evitar así situaciones de extrema urgencia como las que ya se han vivido.
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