Educación

La crisis sociosanitaria COVID- 19 ha dejado en evidencia, más si cabe, la desigualdad del alumnado gitano, que se ha visto además incrementada por la enorme brecha digital a la que se enfrenta. 

La pandemia de COVID 19 ha tenido un gran impacto en nuestro país desde el punto de vista sanitario, social y económico, pero también desde el punto de vista educativo. El Real Decreto del 14 de marzo, por el que se estableció el Estado de Alarma, determinó la suspensión de la actividad educativa presencial y estableció que durante el período de suspensión las actividades educativas tenían que mantenerse a través de modalidades a distancia y online, siempre que fuese posible. 

La mayor parte de los centros educativos se adaptaron a la situación utilizando recursos digitales; usando sus plataformas educativas, e impartiendo clases online. Sin embargo, estas medidas, a priori valoradas positivamente, supusieron una dificultad añadida para parte del alumnado gitano, que en muchos casos no contaba ni con los medios técnicos, ni con las competencias digitales, ni con los apoyos necesarios para seguir las clases a distancia. 

Ante esta situación, la prioridad de la FSG en 2020 ha sido que todos los niños y niñas y jóvenes, participantes en los programas de educación de la Fundación, pudieran continuar su proceso educativo con la máxima normalidad posible, independientemente de su situación y sus recursos. El objetivo ha sido que ningún estudiante gitano se quedase atrás como consecuencia de la pandemia.  

Ha sido un año muy complejo y excepcional en el que queremos destacar la implicación, la dedicación y el buen hacer de los técnicos y técnicas de la Fundación que han trabajado desde los programas de educación de la FSG Promociona T, Promociona y Promociona+ con 3.423 estudiantes de todos los niveles y etapas.