UN ENFOQUE INTEGRADO Y DE CIUDADANÍA ACTIVA PARA LA INCLUSIÓN SOCIAL

Nuestra sociedad sigue teniendo la necesidad acuciante de mejorar la calidad de vida y la cohesión social de la ciudadanía, dados los niveles de pobreza y de brecha social que aún persisten, y que dañan sobre todo a los grupos más excluidos, como lo es una parte significativa de la población gitana. 

El pasado año 2019, la FSG elaboró el Informe estatal sobre la situación social de la población gitana, analizando las demandas y necesidades, así como los intereses, que tiene la población gitana que participa en los programas y servicios que desarrollamos en toda España, incluyendo un análisis del grado de acceso efectivo a los principales derechos contenidos en la Carta Europea de Derechos.  

Ese estudio se realizó con el objetivo de conocer mejor a las personas con las que trabajamos, tener una visión más amplia de sus necesidades y dificultades, mostrar el carácter multidimensional de la exclusión e identificar factores de vulnerabilidad y de riesgo social de las personas que llegan a nuestros programas para medir el impacto de nuestra actividad más allá de ellos, contribuyendo así al cambio social de la comunidad gitana.  

Los resultados obtenidos son bastante representativos de la situación de la comunidad gitana y de su percepción acerca del ejercicio de sus derechos y su ciudadanía, y una de sus principales conclusiones indica que las personas gitanas perciben que el grado de vulneración de su derecho a tener unas condiciones dignadas de vida alcanza un 92% en los hombres gitanos y un 93% en las mujeres gitanas, lo que refuerza más la premisa de que las políticas públicas tengan en cuenta los colectivos más desfavorecidos como la población gitana, de manera explícita en sus objetivos y medidas, y principalmente en aquellos ámbitos relacionados con los derechos fundamentales como son la protección social en situaciones de pobreza, el acceso a la vivienda, a la alimentación o a la energía. 

Por lo tanto, seguimos confirmando que esta necesidad debe ser un fin prioritario tanto de las políticas públicas como de la labor de nuestra entidadromper el círculo de la pobreza y la exclusión social de las familias gitanas, abordando de manera integral sus dificultades e impulsando la garantía tanto de sus derechos fundamentales como de los sociales y económicos, promoviendo la convivencia y favoreciendo que sean partícipes activos de la sociedad a la que pertenecen. Desarrollo personal, educación, capacitación y acceso a un empleo, vivienda digna, adecuado estado de salud… pero también ruptura de barreras internas y externas que sostienen la vulnerabilidad que padecen: falta de participación, segregación, falta de libertad en la toma de decisiones, dificultades de convivencia, prejuicios… 

Desde la FSG llevamos tiempo apostando por actuaciones de carácter integral en contextos de diversidad cultural, con un enfoque de acción comunitaria para posibilitar la participación social en el ejercicio de una ciudadanía activa y una convivencia constructiva. Y durante 2019 hemos seguido manteniendo estas actuaciones, acercando a las personas con las que trabajamos a los recursos y los servicios de manera que se logre la igualdad de oportunidades y la garantía de los derechos, partiendo de las necesidades individuales de cada persona y cada familia. Y estas acciones se han realizado priorizando aquellas localidades y barrios donde los grupos de población dentro de la comunidad gitana se encuentran en situaciones de mayor desventaja y/o riesgo, como es el caso de familias que tienen menores a cargo estando en situación de pobreza, mujeres gitanas que necesitan garantizar la igualdad de oportunidades y romper las barreras internas y externas que dificultan su promoción, familias en situación de exclusión socioresidencial y las mujeres gitanas víctimas de violencia de género. 

Y, en la base de todo ello, la igualdad de géneroque sigue siendo una de nuestras prioridades para poder alcanzar la verdadera igualdad de oportunidades y de derechos de la comunidad gitana. Un apoyo a las mujeres gitanas, que teniendo en cuenta toda su diversidad, están necesitando de espacios propios para avanzar, aprender, colaborar, participar y aportar a la sociedad, sin dejar de lado su propia identidad como mujeres y como gitanas. Pero también un impulso del valor de la igualdad en todas las personas de la comunidad, hombres y mujeres, mayores y pequeños, para sensibilizar sobre la necesidad de compartir primero responsabilidades para poder compartir después los logros. 

Maite Andrés
Directora del Departamento de Inclusión social