Nuestro trabajo en 2020

La trágica situación que ha traído el Covid-19 ha afectado más al alumnado más desfavorecido y a las mujeres. Ha supuesto muchos límites a la actividad de nuestra organización, tanto de las personas con las que trabajamos, como de los programas y servicios que ponemos en marcha. También ha puesto en cuestión el sistema de protección social y las instituciones responsables de la atención social básica. Y ha exigido mucha adaptación y creatividad de los equipos profesionales y las formas de adaptar nuestra atención a las personas.

El impacto en las personas gitanas ha sido muy importante, generando situaciones de graves carencias para la cobertura de sus necesidades más básicas. Por ello, durante todo el tiempo de confinamiento, hemos mantenido una fuerte coordinación con los Servicios Sociales, derivando casos de alta vulnerabilidad y haciendo seguimiento; enviando datos de familias con dificultades para enviar su documentación y agilizar la tramitación de la ayuda de urgente necesidad COVID-19; proponiendo listado de familias para el banco de alimentos y a entidades que han gestionado reparto de alimentos; y orientando y derivando a familias que no disponían de luz y agua en su hogar a distintos recursos.Hemos informado sobre los recursos sociales disponibles y el acceso a éstos, colaborando en la tramitación de solicitudes de la RBI y IMV, valorando la situación económica actual de las familias y haciendo su seguimiento.

Entre las respuestas de urgencia a las situaciones de carencia alimentaria y sanitaria, colaboramos a través del Fondo de Emergencia Social FSG en la atención de familias gitanas en situación de extrema vulnerabilidad (priorizando a familias sin ingresos, con menores y/personas dependientes). Estas ayudas estaban dirigidas a la compra de productos de primera necesidad y se entregaron en formato de tarjetas de un único pago de compra en Carrefour por valor de 100€. Con ello atendimos a 201 familias y un total de 797 personas de diversos municipios.

También gestionamos la ayuda de emergencia de 300€ para alimentación de Caixa Proinfancia para 150 familias del municipio de Murcia con menos recursos y necesidades de alimentación.

Y hemos acompañado y resuelto incidencias relacionadas con las tarjetas de beca de comedor en coordinación con los centros educativos y la Consejería de Educación, para asegurar que todos los niños y las niñas gitanas que percibían becas de comedor, tuvieran garantizada una alimentación adecuada. Se ha dado información a las familias sobre el sistema de recepción y sobre las recargas sucesivas de las becas.

Toda esta información fue compartida con los Centros de Servicios Sociales donde tenemos presencia, para coordinar las atenciones y las derivaciones y facilitar, en la medida de lo posible, la atención urgente al mayor número posible de familias.

Otra línea de actuación ha estado relacionada desde el principio con el tema sanitario, inseparable del anterior. Trasladamos información a la población gitana, en general, a través de la difusión de material de elaboración propia y de organismos oficiales en redes sociales corporativas (Facebook, Twitter, Instagram, Estados de WhatsApp) sobre las medidas preventivas durante el estado de alarma. Hemos ido actualizando los contenidos en las redes sociales: videos de difusión de la FSG, información sobre prevención del COVID19, sobre ayudas y medidas que están tomando los Gobiernos relacionadas con el estado de alarma.

El empleo también se ha resentido duramente y con consecuencias graves por el cierre de los mercadillos. En este sentido, hemos acompañado a las personas afectadas, ofreciendo información sobre las medidas y acciones que ha puesto en marcha el Gobierno, la Comunidad Autónoma y el Ayuntamientos para paliar los efectos laborales, económicos y sociales del Covid-19 a través de llamadas telefónicas: ayudas para autónomos y autónomas, tramitación del desempleo, etc.). El miedo de muchas personas gitanas al contagio y las consecuencias para sus familias, ha sido otro factor que ha requerido de nuestro acompañamiento para contribuir a vencer las resistencias con información y facilitando el uso de los sistemas de protección.

La brecha digital se ha manifestado con toda su crudeza, de tal manera que se ha presentado como un tema ineludible para las instituciones. Ha puesto al descubierto la ausencia de medios, de conectividad y de conocimiento de uso de esas herramientas por parte de muchísimas familias y personas para reducir el impacto del confinamiento y la participación en plataformas utilizadas por los centros educativos, realizar gestiones de todo tipo y en todos los organismos. En el seguimiento de las tareas escolares ha tenido un fuerte impacto y las consecuencias para el alumnado gitano van a ser graves en el desfase curricular, por la pérdida de ritmos y rutinas y por la falta de relación de las familias con los centros.

La falta de recursos y acceso a Internet para impartir las formaciones de manera telemática ha aumentado las dificultades para llevarlas a cabo. O la imposibilidad para aquellas personas que han sufrido cortes en la línea telefónica por falta de pago, lo que supone perder el contacto y el seguimiento de la situación de las mujeres y de sus familias.

Abordar la brecha digital nos ha llevado a solicitar y gestionar ayudas para el equipamiento de medios informáticos, como tabletas y ordenadores, para alumnado sin esos recursos. También para solicitar a las administraciones competentes que ampliaran la cobertura de wifi gratuita en aquellas zonas donde se localiza el alumnado más vulnerable. E incrementar la capacitación de las personas participantes en todos los programas y servicios para saber hacer y gestionar sus necesidades, habilitar claves y DNI electrónicos, etc.

El Fondo de Emergencia Social que pusimos en marcha desde la FSG, ha servido para captar ayudas que han contribuido, en gran medida, a paliar los efectos de la brecha digital y favorecer los procesos de promoción de las personas, sobre todo en el ámbito educativo.

Atendimos a 12 familias, a través de 10 sesiones y 28 menores con 15 sesiones de 1 hora cada uno de ellas, de asistencia psicológica y durante el confinamiento. Con esta atención ofrecimos ayuda y orientación para volver a la normalidad en su medio familiar y social, para resolver situaciones de estrés, para la adquisición o recuperación de las capacidades y habilidades personales y psicológicas, necesarias en la complicada situación confinamiento y agravada por el hacinamiento en algunas viviendas con falta de espacios.

Las consecuencias del confinamiento sobre la población gitana han sido, en síntesis, graves. Las tasas de pobreza y de desempleo se han incrementado notablemente de forma repentina a la vez que el sistema de protección social y el acceso a las diferentes ayudas se ha ralentizado y dificultado en su gran mayoría.

Merece la pena finalmente una reflexión sobre las consecuencias de la pandemia sobre las mujeres gitanas, posiblemente las más perjudicadas, que han sufrido la falta de medidas de conciliación familiar y han tenido que renunciar a sus procesos formativos, de búsqueda de empleo, de promoción personal y social. Y sobre el deterioro de la imagen social de la comunidad gitana, aumentado las situaciones de discriminación y de antigitanismo.