Nuestro trabajo en 2021

Las familias han iniciado el año prácticamente con las mismas dificultades económicas, sanitarias y alimentarias con las que acabaron el anterior. Y sin perspectivas de mejora de ayudas ni de oportunidades de empleo o de recuperación de la actividad que venían desarrollando. A la gente le ha costado muchísimo salir de sus casas y la escasez de ofertas de empleo o de servicios y actividades para el conjunto de la población tampoco han ayudado mucho a romper ese letargo, ese miedo. La recuperación de la actividad que se evidencia en atenciones, formaciones e inserciones nos ha acercado al verano casi.

Mención especial merece la respuesta de las mujeres gitanas, que han sufrido un retroceso en su presencia, demanda y promoción personal, social y laboral. Su papel durante este tiempo de pandemia y restricciones de la movilidad se ha centrado en la familia y las tareas domésticas. Y salir va a llevar su tiempo.

Reseñable ha sido el esfuerzo por limitar las consecuencias de la brecha digital entre el alumnado gitano, procurando conseguir recursos para ellos/as, mejorar la conectividad y la formación para el uso de las herramientas para las tareas educativas.

En cuanto a incidencia política, estamos en el escenario de arranque de la renovación de Fondos Estructurales, Programas Operativos, el impulso de nuestra primera Estrategia de inclusión de la población gitana. Celebramos una jornada de trabajo, impulsada por la Red EURoma, con los principales centros directivos de la administración regional, respaldada por Vicepresidencia del Gobierno y representados por direcciones generales y personas clave.

En este ámbito de incidencia, hemos presentado la campaña #PanParaMañana, hemos celebrado el X aniversario del Programa Promociona; hemos presentado el informe de discriminación y el “Estudio comparado sobre la situación de la población gitana en España en relación al empleo y la pobreza”.

Como conclusión final, podríamos valorar que los resultados finales han sido satisfactorios, en general, en cuanto a personas atendidas, formadas y oportunidades de empleo generadas; en cuanto a menores participantes en servicios educativos y avanzando en sus estudios; en acompañamiento social a familias y personas en graves situaciones de vulnerabilidad.

Pero vemos que es preciso avanzar en la atención de las mujeres gitanas y de los jóvenes, más castigadas y castigados por el desempleo, la falta de formación académica y profesional, de experiencia laboral, acosados por el abandono escolar prematuro y el fracaso escolar, que los llevará a círculos viciosos de vulnerabilidad, precariedad y exclusión.

Finalmente, exigir a las administraciones responsables de las políticas sociales, que se comprometan a poner en marcha la estrategia de igualdad, inclusión y participación de la población gitana, herramienta muy útil para abordar las desigualdades de los gitanos y gitanas desde un enfoque integral, con medidas y recursos adecuados.