04 de Enero de 2012
El pasado viernes 30 de diciembre se derribó la última infravivienda que quedaba en la ciudad de Segovia. El propio Alcalde subió a la máquina excavadora y “tomó los mandos” para derribar el último módulo prefabricado que hasta el jueves sirvió de vivienda para una familia gitana de la Carretera de Madrona.
Hace más de 30 años, en 1979, se instalaron varias familias procedentes de otro núcleo, El Terminillo, de donde surgen todas las familias gitanas segovianas. Acamparon en la que llamaron “La tierra colorá”. En 1987 se habilitan 7 módulos prefabricados dobles, para 13 familias; el nº 14 no se ocupa por familias, sino que se deja como taller de promoción, para actividades de carpintería.
En 2006, cuando comienza la Fundación Secretariado Gitano su andadura en Segovia, había un total de 23 familias instaladas en Carretera de Madrona, una parte de ellas lo hacían en chabolas anexas.
La mayor parte de las familias de este núcleo han sido realojadas en viviendas municipales, muy próximas entre sí. A pesar de intentar realizar una distribución por la ciudad, contábamos con la dificultad de que el patrimonio de viviendas municipal está muy concentrado en apenas tres zonas.
El Alcalde reiteró ante la prensa en varias ocasiones el buen trabajo de la Fundación en el proceso de realojo, y la necesidad de seguir trabajando con las familias, a las que aún les queda un buen trecho por conseguir la “normalidad”, la “integración plena” como él decía. Pedro Arahuetes comentó que es ahora cuando “empieza lo difícil”, la integración de estas familias en la ciudad, para lo que nos animaba a seguir haciendo el acompañamiento que venimos realizando desde 2006.
En 2010 se clausuró el asentamiento de El Tejerín, realojando a un total de 18 familias residentes en este lugar. La mayoría están residiendo en viviendas alquiladas en el libre mercado o de la Sociedad Pública de Alquiler.
Si bien la Fundación comenzó con la normalización en vivienda de estas familias, la realidad hace que se tengan necesariamente que abarcar otros campos que son los que ayudan a esta normalización. Así, una parte importante del trabajo con estas familias es la normalidad educativa de los menores, la educación de los adultos, el empleo (la mayoría está en estos momentos desempleada y carece de ingresos estables para el pago de la vivienda y los suministros, gastos que no tenían en los asentamientos de infraviviendas), la promoción de la mujer, el ocio positivo, la participación social, etc.
Por tanto se viene haciendo un trabajo integral, tanto mejorando los aspectos básicos personales y familiares, como habilitando el tejido social para que reciba “sin complejos” a la población gitana realojada.
En el equipo de la FSG de Segovia estamos muy satisfechos por el progreso del Programa; por supuesto por la desaparición del chabolismo en la ciudad, y por la valoración institucional que de nuestro trabajo se hace en la ciudad. Y aceptamos el reto de seguir trabajando por la normalidad que sugería el Alcalde, más sabiendo que la Fundación es el único referente de atención especializada en población gitana de la ciudad.
Luis Martínez. Coordinador FSG - Segovia.
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