La comunidad gitana en España presenta una desventaja significativa respecto de la población mayoritaria en todos los ámbitos de desarrollo humano y bienestar social. En el ámbito de la salud esta desventaja se traduce en una menor esperanza de vida y en una menor calidad de vida en las edades maduras. Al mismo tiempo, existen patrones de medicina preventiva que no están asumidos por el conjunto de la población gitana, hay indicadores que apuntan a una menor calidad en las pautas de alimentación, así como una mayor prevalencia de factores de con-sumo de sustancias nocivas para la salud, comenzando por el tabaco y el alcohol, sin descartar el consumo de drogas. Esta realidad de desventaja debe ser compensada por una acción positiva en el ámbito de la salud que sitúe a la población gitana en paridad respecto de la población mayoritaria, en cuanto al acceso y al uso de los servicios de salud. Aunque se trata de un paso que necesariamente deben dar las propias personas gitanas, el conocimiento de las claves culturales y de las metodologías adaptadas de abordaje de los problemas de salud, facilitan ese acceso y garantizan el arraigo de la población gitana en dichos servicios.
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