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Discriminación y Comunidad gitana 2014
1. ¿En España existe la discriminación racial o étnica?
Los gitanos llevan seis siglos discriminados. Desde en-
tonces, en España y en otros países, el racismo más
o menos violento contra ellos aunque se ha atenuado,
no ha cesado del todo. La crisis que estamos vivien-
do en Europa no debe ser un pretexto para volver a
estigmatizar y perseguir a la comunidad gitana, como
lamentablemente se ha hecho en el pasado, siempre con
el riesgo latente de que se pase de una discriminación
de “baja intensidad” a otra de “máximo riesgo”, como
ocurre en otros países europeos. Seguimos asistiendo
a brotes de violencia racial, especialmente en comuni-
dades locales, que todavía se contemplan con permisi-
vidad, indolencia e impunidad. Algunos líderes políticos,
medios de comunicación y usuarios de las redes socia-
les siguen marcando a fuego estereotipos negativos y
prejuicios en el imaginario social, que se transmiten de
generación en generación.
Muchos gitanos han sido relegados a la economía su-
mergida y siguen marginados en materia de empleo,
educación, vivienda, y en los procesos de participación
política, tal y como demuestran los informes anuales
‘Discriminación y Comunidad Gitana’.
Las instituciones han avanzado más que la sociedad en
la eliminación de los estigmas que azotan al pueblo gita-
no. Pese a que cada vez hay más instrumentos norma-
tivos que sancionan la discriminación étnica, hay casos
preocupantes por parte de algunos agentes policiales y
de seguridad privada. La legislación de lucha contra la
discriminación no se aplica en España, y apenas llegan
casos de discriminación a los tribunales porque no se
identifican como tales.
2. ¿Qué le preocupa en España en el ámbito del rechazo
social a la comunidad gitana?
Me preocupa especialmente el tratamiento de la comu-
nidad gitana por determinados políticos y medios de
comunicación. Los ejemplos de rechazo abundan. En
los aspectos relacionados con la Justicia, una persona
gitana tiene más probabilidades de ser parada y regis-
trada por la policía que una no gitana. Los gitanos pre-
sos españolas, están sobre-representados en relación al
conjunto de la población reclusa. El acceso a la salud (la
edad media de los gitanos es 10 años inferior a la del
resto) es una de las principales carencias y la tasa de
mortalidad infantil es mucho más elevada.
A diario hay personas a las que, por ser gitanas, se les
niega el alquiler y a veces se les prohíbe aparcar su ca-
ravana en los campings. La legislación civil y foral espa-
ñolas no reconocen efectos jurídicos a la boda gitana.
Esta falta de reconocimiento la padecen particularmen-
te las mujeres gitanas, que han visto bastantes veces
denegadas por los tribunales las pensiones de viude-
dad demandadas, a pesar de estar casadas conforme
al tradicional rito gitano desde temprana edad, cotizar
muchos años a la Seguridad Social y poseer el Libro de
Familia.
Las tasas de paro, subempleo o empleo sumergido son
mayores entre la comunidad gitana que entre el resto
de la población. Aun así, más de un tercio de las per-
sonas ocupadas se dedican a la venta ambulante y a
empleos relacionados con la construcción. Las mujeres
se emplean en el sector servicios, realizando trabajos
de baja cualificación.
3. ¿Cómo puede contribuir un dirigente político a pro-
mover la igualdad?
El Estado a través del poder legislativo, ejecutivo y
judicial deben establecer las medidas necesarias para
garantizar el derecho a la igualdad al formular sus po-
líticas de educación, empleo, sanidad y vivienda. Pero
esto no se hace. Baste señalar que en España todavía
no se ha cumplido con la obligación establecida por
la Directiva 2000/43/CE, respecto a la creación de un
organismo independiente que promueva la igualdad de
trato y no discriminación de las personas. Habría que
desarrollar más en España el Marco Europeo de Estrate-
4. La visión de los representantes
políticos sobre la discriminación
D. Gaspar Llamazares Trigo
Diputado de Izquierda Unida