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Contextualización de la discriminación
no pacten en ningún caso con los partidos que defien-
dan discursos y actitudes xenófobas y discriminatorias
que pongan en peligro el proyecto europeo. Pero sobre
todo exigimos mayor contundencia de nuestros re-
presentantes políticos europeos ante discursos e inci-
dentes claramente antigitanos y racistas. Tiene que ser
el Parlamento Europeo quien lidere la denuncia contra
las prácticas que incumplen tratados y directivas eu-
ropeas. Esperamos que la nueva Eurocámara defienda
firmemente la igualdad, la cohesión y el respeto a los
derechos fundamentales, y que siga fomentando el de-
sarrollo de un marco europeo de políticas de inclusión y
de igualdad de trato para la minoría gitana.
La comunidad gitana ha tenido tradicionalmente esca-
sa representación política en las instituciones europeas.
Juan de Dios Ramírez Heredia fue el primer europarla-
mentario gitano, y más recientemente, dos mujeres gi-
tanas de nacionalidad húngara han sido elegidas como
miembros del Parlamento Europeo: Viktória Mohácsi,
eurodiputada en la legislatura 2004-2009, y Lívia Járó-
ka, miembro de la Eurocámara durante dos legislaturas
2004-2009 y 2009-2014. Ha sido sin duda esta última
quien ha dejado un importante legado en términos de
impulso político a la defensa de derechos de la comuni-
dad gitana en las instituciones europeas. Lívia Járóka fue
la promotora, entre otras iniciativas, del Marco Europeo
de Estrategias Nacionales de Inclusión de la Población
Gitana, y ha abanderado en el Parlamento Europeo la de-
fensa de los derechos de la mujer gitana.
En la actual legislatura, celebramos que dos personas
gitanas formen parte del nuevo Parlamento Europeo
elegido en mayo 2014: Soraya Post, activista en la lucha
a favor de los derechos humanos, representará al par-
tido sueco Iniciativa Feminista. Y Damian Draghici, que
ha sido hasta ahora senador en el Parlamento rumano, y
asesor del Primer Ministro de Rumania sobre cuestiones
gitanas, ha sido elegido en la candidatura socialdemó-
crata de Rumania. Soraya Post ha iniciado la legislatura
muy activamente solicitando la creación en el Parlamen-
to Europeo de un intergrupo específico sobre la comu-
nidad gitana; ha conseguido movilizar a muchas fuerzas
políticas y recabar apoyos en distintos sectores, aun-
que finalmente no ha sido posible su constitución. Sin
embargo, se ha creado un intergrupo sobre antirracismo
y diversidad, que será el espacio idóneo dentro de la
Eurocámara donde se promuevan e impulsen acciones
de lucha contra la discriminación.
Finalmente, a este nuevo Parlamento Europeo corres-
pondió la misión de ratificar la composición de los
nuevos Comisarios y del Presidente de la Comisión Eu-
ropea. La anterior Comisión Barroso tuvo el mérito de
haber puesto el debate sobre la situación del pueblo
gitano en la agenda europea al máximo nivel y presio-
nar a los Estados Miembros para que presentaran Es-
trategias nacionales enfocadas a mejorar la integración
del pueblo gitano. Pero sin duda fue la Vicepresidenta
y Comisaria de Justicia y Ciudadanía, Viviane Reding,
quien lideró la lucha contra el discurso antigitano y la
vulneración de los derechos de la comunidad gitana.
De manera contundente se enfrentó a Francia ante las
expulsiones masivas de familias gitanas, aunque final-
mente no recibió el apoyo necesario para expedientar
al gobierno francés. Reding ha sido una de las pocas
voces de líderes políticos que realmente se han alzado
en defensa de la población gitana.
El actual Presidente de la Comisión Europea, Jean Clau-
de Juncker, ha diseñado una Comisión con un bajo
perfil social, pero en la que los Derechos Fundamen-
tales parecen tener un espacio privilegiado a través de
la defensa de la Carta de Derechos Fundamentales, a
cargo del primer Vicepresidente de la Comisión, Frans
Timmermans.
Lo que esperamos de los líderes políticos europeos, de
esta nueva Comisión, al igual que del recientemente ele-
gido Parlamento Europeo, es un compromiso con la in-
clusión de la población gitana y una firme defensa de los
derechos de todos los ciudadanos y ciudadanas euro-
peos, incluida la comunidad gitana. Las entidades repre-
sentantes de la sociedad civil tenemos la obligación de
reclamar a nuestros representantes públicos que alcen la
voz y condenen cualquier tipo de expresión o conducta
discriminatoria que vulnere los derechos de las personas
gitanas o de cualquier otro ciudadano europeo.