La educación es un derecho que debe ser
garantizado para el conjunto del alumnado

Diversos estudios apuntan que para el año 2020, tan sólo un 15% de los empleos generados irán dirigidos a personas con baja cualificación, esto es, para aquellas que no hayan continuado estudiando después de la educación obligatoria (E.S.O).

Aproximadamente un 64% de los jóvenes gitanos no terminan los estudios obligatorios, lo que les sitúa en una clara posición de desigualdad (el dato para la población en general es de un 13% en nuestro país).

En la Fundación Secretariado Gitano llevamos trabajando en el ámbito educativo éste aspecto desde nuestros inicios, y desde el año 2009 –año en el que se puso en marcha el programa Promociona– nuestro esfuerzo ha ido especialmente dirigido a que la juventud gitana finalice con éxito la E.S.O, continúe en estudios post-obligatorios y se conviertan en referentes para quienes vienen detrás.

Desde entonces ya son más de 1.000 alumnas y alumnos los que lo han logrado. Una tarea difícil si tenemos en cuenta que todavía no todos llegan al último curso de la E.S.O y que muchos abandonan antes de finalizar esta etapa –obligatoria–. Hemos apostado por un programa transformador, que cambie el discurso social existente y que derribe estereotipos. Si se ponen los medios adecuados, se consiguen resultados: cerca del 85% del alumnado participante en el Promociona que cursa 4º de la E.S.O consigue titular.

Promociona se desarrolla ya en 13 Comunidades Autónomas y en 47 ciudades. Es un programa en el que se que trabaja codo a codo con el alumnado, con sus familias y con los centros educativos. Además, incorpora acciones de mentoring en colaboración con empresas que han supuesto un elemento motivador extra para aquellos alumnos y alumnas que han participado.

Es una tarea difícil y el contexto no acompaña todo lo que debiera. La falta de referentes, la imagen estereotipada de la comunidad gitana que se lanza desde diferentes medios, las bajas expectativas que se tienen sobre el alumnado gitano, la segregación escolar –bien por la existencia de centros gueto o por una distribución del alumnado gitano en clases segregadas (agrupaciones por niveles educativos o situaciones similares)– o los recortes sufridos en educación, son barreras que afectan a todo el alumnado y, por ende, a los estudiantes que más apoyo necesitan.

La visibilización de personas gitanas que completan sus estudios es otro tema clave. Mostrar la diversidad de personas que componen éste grupo es responsabilidad de todos y quedarse en una imagen negativa o exagerada no favorece a nadie. Esta visión se vive con especial dureza en la escuela, siendo niños y niñas gitanas quienes –en muchos casos– la sufren y ven condicionada su vida escolar.

Trabajamos con un grupo formado por jóvenes gitanos, el “Grupo de Embajadores y Embajadoras por la Educación”, jóvenes gitanos de diversas ciudades que están cursando estudios post-obligatorios o que ya los han terminado y que tienen algo en común: una apuesta decidida por la educación y su motivación por ser ejemplo para otros estudiantes

Invertir en educación es invertir en el futuro de la ciudadanía, y es un derecho que debe ser garantizado para el conjunto del alumnado, sean cuales sean sus condiciones y circunstancias. Es ineludible poner en marcha medidas de calidad para conseguir el éxito escolar de todo el alumnado.

1- Datos del estudio: El alumnado gitano en secundaria, un estudio comparado. FSG, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Madrid, 2013

2- Personas de 18 a 24 años que como mucho han alcanzado la titulación en ESO y no han continuado en estudios postobligatorios.

Mónica Chamorro
Directora del Departamento de Educación