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Análisis del antigitanismo
huido, por miedo, por desconfianza o por simple desco-
nocimiento de invertir en formulación de políticas que
puedan ser implementadas a largo plazo.
La responsabilidad de los gobiernos nacionales, autonó-
micos y regionales en la lucha por la inclusión y contra
el anti-gitanismo debe venir por supuesto, desde las
voces de la sociedad civil gitana, pero también desde
un verdadero compromiso institucional para atajar las
raíces del problema.
Las autoridades locales y autonómicas podrían dar un
paso clave si son capaces de habilitar nuevos mecanis-
mos de participación para la juventud gitana, trabajan-
do en estrecha colaboración con jóvenes estudiantes,
graduados, activistas o librepensadores para desarrollar
estrategias para la aplicación de políticas efectivas tan-
to para las comunidades gitanas, como para la partici-
pación juvenil.
De este modo, a través de la participación juvenil gi-
tana, ayuntamientos, autonomías y consejos juveniles,
podrán comprender mejor las necesidades y preocu-
paciones de la comunidad gitana y poder participar ac-
tivamente en el diseño e implementación de políticas
efectivas e inclusivas. Por otra parte, se podrán con-
centrar recursos en temas de gran importancia para los
jóvenes y sus comunidades y por ende, hacer un uso
de esos recursos de una forma más eficiente.
Al mismo tiempo, la participación de los/las jóvenes en
la formulación de políticas reducirá de manera conse-
cuente y progresiva la brecha entre la sociedad mayo-
ritaria y la comunidad gitana: con la participación de los
principales actores de la comunidad en las discusiones
y formulaciones políticas en consenso y dialogo, éstas
se desarrollaran en torno a resultados que equilibren las
diferentes ideas y percepciones sobre unos y otros,
esto es, acercar culturas y apostar por una verdadera
sociedad intercultural.
Y sólo cuando la juventud gitana despierte y se dé
cuenta de su potencial y dejen de pedir responsabilida-
des a otros y den un paso adelante, experimentaremos
un cambio en las formas de hacer política y sobre todo,
la comunidad gitana y el resto de la sociedad, tendrán
más confianza en nuestras instituciones públicas.
Mirrors, es sólo un manual. El Roma youth Action Plan
es sólo una política del Consejo de Europa. Pero pe-
queños granitos de arena para su implementación a ni-
vel nacional y local, pueden empezar a aportar mucho
en la construcción de sociedades que puedan hablar
abiertamente, dialogar y debatir sobre las principales
tendencias que afectan a las sociedades europeas y
por tanto atajar de raíz el mal endémico que supone el
anti-gitanismo para las comunidades romaníes y para las
sociedades en general. Quizá Mirrors solo sea un manual,
pero podría convertirse en un excelente espejo.