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Discriminación y Comunidad gitana 2014
una queja por los contenidos discriminatorios publica-
dos, muchos medios han eliminado de forma inmediata
los contenidos.
Ante esta realidad, es el momento de aunar máximos
esfuerzos para desarrollar un trabajo de sensibilización
y concienciación ciudadana, en la que los medios de
comunicación tienen un papel fundamental. Tenemos
que acabar con las generalizaciones negativas que em-
pañan la imagen de toda esta minoría. Si se mantienen
los prejuicios y estereotipos es imposible poner fin a la
discriminación, por ello, es vital el trabajo en alianza de
las administraciones implicadas en esta materia, las enti-
dades del tercer sector y los medios de comunicación
social, para lograr un abordaje correcto y real de esta
minoría étnica, y que promueva la Igualdad de Trato de
la comunidad gitana.
2. La falta de denuncias de las víctimas
de discriminación
Durante el trabajo que hemos desarrollado en estos
10 años, evidenciamos sólo una pequeña muestra de
la discriminación real que padecen los gitanos y gi-
tanas en nuestra sociedad. Durante los casi dos años
de trabajo del Servicio de asistencia a víctimas de
discriminación, las entidades sociales que prestamos
el servicio nos enfrentamos a esta dificultad: las víc-
timas no denuncian.
A este respecto, la encuesta Eu Midis 2009 sobre Mi-
norías y Discriminación cifra en un 80% los hechos que
no son denunciados ante la policía, cifra que el Consejo
para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica
eleva a casi el 96%.
Las principales causas de la falta de denuncia son las
siguientes; falta de información de sus derechos, des-
confianza en el sistema de protección, asimilación del
rechazo, desconocimiento de los procedimientos y
servicios. Analizando las causas tenemos las pistas cla-
ras de hacia dónde debemos enfocar nuestro trabajo:
por un lado, tenemos que impulsar las acciones cercanas
de información de derechos a las potenciales víctimas,
por ello, desde el Servicio de asistencia hemos publi-
cado folletos para informar a las víctimas, y realizado
sesiones informativas presenciales en diversas comu-
nidades autónomas, y tenemos que continuar en esta
línea. Ahora bien, el Estado debe abanderar acciones de
sensibilización e información al igual que lo ha hecho con
las campañas de denuncia de la violencia de género. L
las víctimas tienen que percibir que el Estado español
les va a ayudar y defender ante hechos discriminatorios.
Las víctimas confiarán en el sistema de defensa cuando
las herramientas y procedimientos de protección sean
ágiles, efectivos, reparadores e integrales. Por ello, es
vital estructurar adecuadamente los mecanismos de
asesoramiento y defensa.
En la actualidad ante un delito con motivación racista
la respuesta jurídica es débil, y ante otro tipo de ilí-
citos discriminatorios (no delitos) los mecanismos de
reparación son prácticamente inexistentes. Cuando a un
joven gitano no le dejan entrar en un establecimiento
por su condición, o se le niega una entrevista de trabajo
a una mujer gitana, o no se alquila una vivienda a una
familia por ser de etnia gitana, etc. on situaciones que
muchas personas viven de forma cotidiana, en cadena,
a las que se acostumbran, asimilan el rechazo como una
práctica normalizada. Junto a trabajar la interlocución y
mediación, como vías para solucionar estos casos, debe
activarse el procedimiento de sanción para rectificar
comportamientos que no deben ser admitidos. Todos
estamos de acuerdo en que dar patadas al mobiliario
público es incorrecto, se sanciona con una multa, ¿por
qué admitimos que se niegue el acceso a una piscina a
una niña por ser gitana?
Hay que mejorar los mecanismos de información y res-
puesta, de esta forma las víctimas confiaran y denun-
ciarán los incidentes discriminatorios.