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Discriminación y Comunidad gitana 2017
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5.
Avilés.
Vivienda.
Discriminación directa.
Una mujer relató a la Técnica de Igualdad de la FSG que llevaba una
semana buscando un piso de alquiler para mudarse, porque se iba a reformar la vivienda en la que vivía con su
familia. Esta mujer se dirigió a servicios sociales y le dijeron que, dado que su marido estaba trabajando y tenía
nómina, ellos no podían ayudarles. Igualmente, la mujer acudió, poco después, a otra entidad para pedir ayuda,
donde le dijeron que no tenían pisos y le indicaron que podía buscar en agencias inmobiliarias de la zona. De
todas las agencias a las que acudió sólo le atendieron en una, donde le enseñaron sólo un piso “que no estaba en
condiciones para vivir”.
Desde la FSG se contactó con la única agencia que había atendido a la mujer y le había enseñado un piso. La
agente que les atendió explicó que
“sólo tiene ese piso, porque es el único propietario que está dispuesto a
alquilar a personas gitanas”
, y que no disponía de más pisos en este momento.
La mujer explicó también que había buscado en páginas web, anuncios periódicos, etc. pero sin resultados, en
todas les decían que
“ya está alquilado”
. Se comprobó por la Técnica de la FSG que los pisos por los que se había
interesado seguían anunciados para alquiler.
Unos días después, la mujer nos contó que ya tenían casa gracias a la intervención de un amigo de su marido,
que no era gitano, en la gestión del contrato. Nos trasladó que se sintió muy discriminada por ser gitana, pero no
quiso llevar a cabo ninguna acción.
6.
Mérida.
Vivienda.
Discriminación directa.
Una pareja que buscaba piso de alquiler encontró uno que
les interesaba y llamaron para verlo. Por teléfono les informaron sobre la características de la vivienda y las
condiciones económicas. Los jóvenes, tras confirmar que estaban de acuerdo con las mismas, solicitaron ver el
piso al propietario y, si les gustaba, entregarle allí mismo una señal económica. El dueño les comentó que no había
problema. Cuando, el dueño del piso se encontró con ellos y vio que eran gitanos, les comentó directamente a
los jóvenes que
“lo sentía mucho pero que ya lo tenía alquilado”
.
Los jóvenes nos trasladaron su malestar
“nos identificó como gitanos y rápidamente buscó una excusa para
no alquilarnos la vivienda”
. Se sintieron discriminados, además de incapaces de defenderse ante este tipo de
situaciones por no poder hacer nada.
7.
Granada.
Vivienda.
Discriminación directa.
Una mujer gitana acudió a la Consejería de Fomento y Vivienda
para solicitar la ayuda para el alquiler. Cuando estaba en la cola para entregar la documentación un hombre le hizo
los siguientes comentarios en voz alta:
“Bueno es que estas ayudas siempre se dan a los mismos, a los gitanos,
que nada más que viven de las ayudas”, Cuchi que pila gitanos hay haciendo cola, que quieren pillar todas las
ayudas, si es que quieren vivir de las ayudas”
.
Ninguna de las personas que se encontraban en la cola esperando para entregar la documentación ni ningún
funcionario público de los que estaban allí presentes intervinieron ni le informaron sobre las ayudas ni de los
requisitos para que pudiera solicitarlas. La mujer salió del lugar muy triste.
La mujer, que relató a la Técnica de Igualdad el hecho discriminatorio, decidió no realizar ningún tipo de acción ni
interponer una hoja de reclamaciones por el mal trato que recibió. Sólo quiso que constase el caso.
8.
Cuenca.
Vivienda.
Discriminación directa.
Una participante de la FSG en Cuenca comentó a la Técnica de
Igualdad que estaba buscando una vivienda más amplia para alquilar; además la propietaria quería vender la casa
donde vivía con su familia y les había dado unos meses para que la desocupasen.
En el proceso de búsqueda, la participante, acudió a tres inmobiliarias. Al principio acudió ella sola y todo fue
bien con los agentes inmobiliarios. Cuando la mujer se decantó por una vivienda decidió visitarla después con
su marido para ver qué le parecía.