600 años de historia compartida [editar]
La exposición forma parte esencial de esta celebración. En ella se reflejan algunos momentos históricos del pueblo gitano, así como los símbolos, valores y aportaciones culturales. Ofrece una imagen alejada de estereotipos y contribuye a dar a conocer más y mejor al pueblo gitano.
Está compuesta por ilustraciones realizadas por Daniel Belchí, algunas de ellas de la campaña Lección Gitana (FSG, 2018) y otras diseñadas expresamente para este sexto centenario, y unos textos para combatir el desconocimiento sobre el pueblo gitano.

600 años del pueblo gitano. Una historia compartida
Esta exposición es un homenaje de la Fundación Secretariado Gitano a los 600 años de historia del pueblo gitano en España. A través de estas ilustraciones, hemos querido capturar algunos de los momentos más significativos de la historia gitana, así como elementos distintivos de su rica cultura. Desde su salida de la India hace aproximadamente mil años, pasando por su llegada a la península ibérica a través del Reino de Aragón el 12 de enero de 1425, episodios trágicos como la Gran Redada, hasta el avance social presente.
También hemos destacado algunas de las valiosas contribuciones que el pueblo gitano ha hecho a la sociedad española en los ámbitos como el arte, la cultura y los oficios. La historia y cultura gitana en España representan un legado impresionante construido a lo largo de los seis siglos de convivencia, a pesar de la continua persecución institucional.
Con esta exposición, buscamos no solo dar a conocer esta herencia, sino también rendir homenaje a todas aquellas personas que han luchado por escribir esta historia de identidad, orgullo y resistencia.

Lachó Drom. El largo éxodo romaní
Hace alrededor de mil años, los antiguos gitanos salieron en diferentes etapas desde el norte de la India hacia Occidente. Tomaron diferentes rutas que les llevaron a recorrer lo que hoy es Afganistán, Irán, Armenia o Turquía.
Cargados con todos sus enseres, con sus características vestimentas coloridas y acompañados de sus caballos y galgos, recorrieron más de medio mundo, impregnando cada rincón de este con sus bailes, su música y sus costumbres únicas. Durante mucho tiempo, aquellos antiguos viajeros se dedicaron a la mendicidad, la clarividencia, el chalaneo, a trabajar los metales, la curación, la música o la danza.

El conde Juan de Egipto Menor solicita el paso en el Reino de Aragón
El primer documento conocido data la llegada de un grupo de gitanos a la Península Ibérica el 12 de enero de 1425. Este documento cita que el conde Don Juan de Egipto Menor fue recibido en Zaragoza por el Rey de la Corona de Aragón, Alfonso V, quien le entregó un salvoconducto que le autorizaba a él y su grupo de gitanos y gitanas a recorrer las tierras de la Corona y peregrinar a Santiago de Compostela.
La condición de peregrinos y la imagen de religiosos errantes facilitaron su entrada en la Península. Sin embargo, la política de homogeneización cultural y religiosa de los Reyes Católicos tuvo graves consecuencias para los grupos étnicos (judíos, moriscos y gitanos). Tanto es así, que en 1499 se promulgó la primera Pragmática Real antigitana. Esta primera pragmática marcó el inicio de tres siglos de persecución e intentos de eliminar la diferencia social y cultural que representaba el pueblo gitano, para lo cual se promulgaron más de 200 leyes. Las penas a las que se arriesgaban las personas gitanas incluían el destierro, los latigazos, cortarles la lengua o las orejas y la pena de galeras, entre otras.

La Gran Redada. El intento de exterminar al pueblo gitano
Sin duda, uno de los episodios más vergonzantes de la Historia de España, fue la Gran Redada de 1749, que supuso la detención sin motivo alguno de 10.000 personas gitanas. El Marqués de la Ensenada ejecutó un plan, autorizado por Fernando VI, con minuciosas instrucciones para detener y perseguir a todos los gitanos y gitanas sin excepción en diferentes ciudades de manera simultánea. Las familias fueron separadas: los hombres fueron enviados a trabajos forzados en los arsenales de la Marina como esclavos para rearmar la flota naval española; y las mujeres y los niños, a cárceles y fábricas. Los niños permanecían con sus madres hasta que cumplían siete años y después eran enviados a los arsenales. Esta situación se prolongó durante catorce años, después serían indultados por Carlos III que, no obstante, inició una política asimilacionista con el pueblo gitano.

Samudaripen. El holocausto romaní
En la Alemania nazi se esterilizó, deportó, persiguió, torturó y asesinó en campos de concentración y exterminio al pueblo gitano. Se calcula que más de medio millón de gitanos y gitanas fueron asesinados en el Holocausto nazi. Este atroz episodio de la historia se conoce como Samudaripen o Porraimos en lengua romaní.
El 2 de agosto de 1944 la sección gitana del campo de Auschwitz enmudeció. 2897 mujeres, niños y hombres fueron conducidos a las cámaras de gas durante aquella noche. Se conoce como "La noche de los gitanos". Oficialmente en Europa se ha institucionalizado como Día Europeo en Memoria de las Víctimas Gitanas del Holocausto.

Símbolos del pueblo gitano
La bandera gitana fue creada en el I Congreso Internacional Romaní, en Londres el 8 de abril de 1971. En este evento destacados intelectuales y activistas romaníes de todo el mundo se reunieron para iniciar un movimiento que reclamaba el fin de la discriminación y el reconocimiento como pueblo. Durante el congreso se institucionalizaron algunos de los símbolos, como la bandera, que presenta el verde del campo y el azul del cielo, con una rueda roja que simboliza el movimiento y la libertad. También se creó el himno "Gelem, Gelem" que recuerda a las miles de víctimas de los campos de exterminio nazis.
Desde entonces el pueblo gitano ha asumido y sentido estos símbolos como propios, convirtiéndolos en una parte importante de su identidad común.
El Parlamento español, el Senado y el Gobierno han reconocido oficialmente el 8 de abril como el “Día del Pueblo Gitano”, así como la bandera y el himno para su uso en actos institucionales.

La Constitución lleva la firma de un gitano
Art. 14 Constitución Española: "Todos los españoles son iguales ante la Ley sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo o religión o cualquier otra circunstancia personal o social".
Con la democracia, la Constitución de 1978 reconoce la igualdad y la plena ciudadanía para todos los ciudadanos. Y uno de sus impulsores fue Juan de Dios Ramírez-Heredia, político, periodista, abogado y presidente de la Unión Romaní, y el primer diputado gitano en pronunciar un discurso en el Parlamento a favor de la dignidad de su pueblo.

Valores y orgullo identitario
El pueblo gitano en la actualidad es diverso y heterogéneo. La inmesa mayoría comparte un orgullo por ser y sentirse gitanos y gitanas. Y este es uno de los grandes valores de la cultura.
La llamada familia extensa: abuelos, tíos, tías, primos... siempre se mantiene unida y demuestra una solidaridad entre ellos, en la hospitalidad, cuando un familiar cae enfermo o en momentos de dificultad económica.
La cultura gitana es sobre todo una cultura de resistencia, forjada por siglos de persecución, de lucha y también por su capacidad de adaptación.
El respeto a las personas mayores: la figura del "tío o tía" de respeto es una figura de referencia más que de autoridad; una figura de conciliación y no de conflicto, que aporta experiencia y sabiduría.
Una de las costumbres más arraigadas son los ritos funerarios, con el sentido de honrar y recordar a familiares y antepasados fallecidos.

Aportaciones culturales
La cultura gitana ha enriquecido todas las sociedades con las que ha convivido. La lengua, los oficios, la gastronomía o la forma gitana de entender el arte están muy presentes en la cultura española.
El Flamenco es sin duda la forma de expresión artística gitana más representativa. El pueblo gitano supo absorber y transformar el rico sustrato cultural andaluz dando lugar a un arte reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El caló es la lengua de los gitanos españoles, una lengua variante del romanó. Utiliza el vocabulario de la lengua romaní con gramática del castellano. Palabras como chaval, pirar, currar, sobar, pinrel, chanelar, churumbel, camelar, parné y muchas más son palabras gitanas en caló.

El flamenco y Camarón
La relación entre el pueblo gitano y el flamenco es profunda e inseparable. En sus letras y su sonido se reflejan la historia, emociones y forma de vida gitana, cargada de penas y alegrías. Las familias cantaoras han ido pasando ese legado sonoro de padres a hijos como un tesoro cultural y como símbolo de identidad y resistencia.
Camarón de la Isla, uno de los grandes cantaores, revolucionó el flamenco al incorporar elementos contemporáneos sin perder su esencia. Su colaboración con Paco de Lucía y Tomatito fue crucial para la evolución del género. Camarón, con su voz única, personificó el alma gitana en el flamenco, dejando un legado imborrable. Hoy en día, la influencia de Camarón sigue siendo palpable. Su innovadora fusión de estilos tradicionales con elementos modernos ha inspirado a numerosas generaciones de artistas.

La fuerza de las mujeres gitanas
Las mujeres gitanas han sido históricamente un pilar que ha sostenido la transmisión cultural e identitaria del pueblo gitano. Su rol dentro de las familias ha tenido vital importancia en el mantenimiento del grupo.
Si hay algo que las defina es precisamente la diversidad y la fuerza con que han afrontado las dificultades. Han sido luchadoras y pioneras en muchos aspectos, aunque su progreso pocas veces ha sido reconocido por la sociedad. Ha sido habitual que salieran a ganarse el sustento familiar realizando numerosas tareas, desde la venta en mercados, las faenas agrícolas o la venta de oro en lo que han sido expertas... hoy ocupan multitud de profesiones: maestras, abogadas, dependientas, educadoras, informáticas...
La lucha por la igualdad de las mujeres gitanas continúa, incorporando la sabiduría de las abuelas, el tesón y el talento de las madres y mujeres adultas y los sueños de las niñas gitanas.

El progreso del pueblo gitano
Estudiar en un contexto donde pocos lo hacían, el tránsito de una chabola a una vivienda digna o la inclusión laboral, son muestras del cambio social que ha protagonizado el pueblo gitano en España en las últimas décadas.
Aunque queda mucho por mejorar en cuanto a las condiciones de vida, los niveles educativos, la erradicación completa del chabolismo y la lucha contra el antigitanismo, el progreso social es innegable.
En el ámbito laboral, la venta ambulante sigue siendo fuente principal de ingresos de muchas familias. Una venta ambulante modernizada con las nuevas tecnologías. Y pese a que las tasas de desempleo siguen siendo muy elevadas, ya encontramos gitanos y gitanas en todo tipo de profesiones: abogadas, funcionarias, mediadores sociales, obreros, instaladores, trabajadores de comercio...
Cada vez más jóvenes se están formando para adquirir cualificación y progresar socialmente.
