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Discriminación y Comunidad gitana 2014
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Al grupo de mujeres nos les dio tiempo contestar ni hacer ningún comentario. Nos trasladan que se sintieron mal
por esa actitud discriminatoria del agente.
9.
Pontevedra.
Seguridad ciudadana.
Discriminación directa.
En la provincia de Pontevedra un joven gitano
chocó su vehículo contra un muro por esquivar a otro coche. Una patrulla de la Guardia Civil le acusó de haber
ido a más velocidad de la permitida. El joven aseguró que no era así, y que se trató de un despiste. Se le realizó
un control de alcoholemia en el que dio negativo ante lo cual el agente comenzó a presionar al joven para que
admitiera la infracción, amenazándolo con llevarlo comisaria porque viajaba con varios menores (todos familia y
mayores de 14 años).
Ante la amenaza por los agentes acabó por admitir la infracción y firmó la confesión por miedo a posibles re-
presalias.
10.
Madrid.
Seguridad ciudadana.
Discriminación directa.
Una mujer ciudadana de Alcobendas, de etnia gitana,
se pone en contacto con nosotros para informarnos de que, acompañada de su sobrina, estaba comprando en el
supermercado de su barrio, cuando se sintió vigilada de forma insistente por una guardia de seguridad. Ante el
continuo seguimiento de la vigilante, la mujer decidió preguntarle si había algún problema, a lo que la guardia de
seguridad no contestó. En lugar de ello, ésta sacó su teléfono y llamó a la policía.
Al poco tiempo, acudieron al supermercado 3 coches de policía y 8 miembros de las fuerzas de seguridad, de la
policía nacional y local, que acorralaron a la mujer y a su sobrina, sin dejarles salir del local. Les pidieron la docu-
mentación sin explicar el motivo de su demanda.
Posteriormente la mujer, custodiada por los 6 miembros de la policía, fue llevada a un cuarto en las dependencias
del supermercado para ser registrada, para comprobar que si había robado algún producto. La sobrina sufrió el
mismo trato a continuación.
Ante el hecho de que no se encontró ningún objeto robado a ninguna de ellas, la mujer solicitó a los agentes que
se disculparan por el mal trato recibido y la humillación pública sufrida ante los demás clientes del supermercado.
Los agentes le respondieron de forma burlona y se negaron a disculparse.
La vigilante además acusó a la mujer de pertenecer a una banda de gitanas rumanas que se dedican a robar en
los supermercados. A pesar de que la acusada había demostrado con su DNI su nacionalidad española, y había
explicado que es nacida en Alcobendas y que nunca ha sido acusada de robo, la vigilante insistía en su versión.
A continuación la víctima decidió denunciar los hechos a la policía. Para completar la denuncia solicitó al encar-
gado del supermercado los datos de la vigilante, pero éste se negó a facilitarlos. La mujer puso una reclamación
al supermercado, y sorprendentemente la vigilante decidió escribir en la misma hoja su versión de los hechos,
sin pedir autorización a la víctima.
Como consecuencia de estos hechos, la mujer ha sufrido varias crisis nerviosas y durante semanas ha vivido un
intenso sentimiento de ansiedad, de vergüenza y de angustia.
11.
Madrid.
Seguridad ciudadana.
Discriminación directa.
Un joven gitano rumano acude a la sede que la Funda-
ción Secretariado Gitano tiene en Madrid y nos informa de lo siguiente. Había comprado un motor para el coche
en un desguace por la mañana (aporta el ticket del motor). Por la tarde se presentaron dos furgones de policía
nacional en la zona donde vive. Vieron el motor que había comprado encima de un palé y acusaron al joven de
haber robado el motor. Éste dijo que no lo ha robado y cuando fue a buscar el ticket, la policía le cogió por la
fuerza y le obligó a tumbarse en el suelo. Él se resistió porque tiene una pierna operada y le dijo a la policía que
no puede doblarla. Entonces, la policía comenzó a agredirle en presencia de sus hijos menores de edad, su mujer,
y vecinos y familiares que viven allí. Según los testigos pidieron a la policía que le dejaran pero la policía siguió
agrediéndole llegando a golpearle contra la pared.