Valores

Orgullo identitario y diversidad

Los gitanos y gitanas mantienen rasgos culturales y comparten valores y elementos identitarios, además de un fuerte sentido de pertenencia que aporta valor a su ciudadanía.

Pero a la vez, son personas diversas, heterogéneas.

Uno de los grandes valores es el orgullo identitario: orgullo por ser y sentirse gitanos y gitanas.

Resistencia. Una manera de vivir.

La cultura gitana es una cultura de resistencia, forjada por siglos de persecución, de lucha y también de adaptación. Es una cultura fuerte por la resistencia a situaciones adversas y el fuerte sentimiento de pertenencia al grupo.

La familia, un pilar esencial

La familia es un pilar esencial, una familia extensa, con la que se mantienen fuertes vínculos y con la que se comparten momentos vitales, celebraciones (boda, nacimiento) y con la que se muestra una fuerte solidaridad, por ejemplo, cuando alguien enferma o en momentos de dificultades económicas. Se honra a los familiares difuntos, los antepasados siempre están en la memoria.

El respeto a los mayores

El respeto a los gitanos mayores es otro de los valores. La figura del tío o tía de respeto es una figura de conciliación más que de autoridad, que aporta experiencia y sabiduría.

Religiosidad

La religiosidad impregna importantes celebraciones y tradiciones. La comunidad gitana también es plural en lo religioso. Mayoritariamente se declaran creyentes, católicos o protestantes evangelistas. En las últimas décadas muchas familias gitanas se han integrado en la Iglesia Evangélica de Filadelfia. El culto, con pastores gitanos, es la celebración principal. La importante tradición cultural católica sigue presente en romerías (como La Virgen de la Sierra en Cabra; La Virgen de los Remedios, en Fregenal…), especialmente en la Semana Santa andaluza o en celebraciones como la Nochebuena. Los primeros gitanos en ser beatificados han sido Ceferino Giménez Malla “El Pele” (1977) y Emilia Fernández “La Canastera” (2017).