
Maite Andrés
Directora del Departamento de Inclusión Social
A FONDO
Necesidades y retos: participación social, convivencia e inclusión activa.
Nuestra sociedad sigue teniendo la necesidad acuciante de mejorar los niveles de vida y la cohesión social de la ciudadanía, sobre todo de aquellas personas que se encuentran en peores situaciones, entre las que se halla una parte significativa de la población gitana. Una necesidad que para la FSG se ha convertido en un reto: romper el círculo de la pobreza y la exclusión social de las familias gitanas, abordando de manera integral sus dificultades e impulsando la garantía tanto de sus derechos fundamentales como de los sociales y económicos, promoviendo la convivencia y favoreciendo que sean partícipes activos de la sociedad a la que pertenecen.
Necesidades relacionadas con el desarrollo personal, la educación, la capacitación y el acceso a un empleo, una vivienda digna, un adecuado estado de salud… pero también con la ruptura de barreras internas y externas que sostienen esa vulnerabilidad, como la falta de participación, la segregación, la falta de libertad en la toma de decisiones, las dificultades de convivencia, los prejuicios…. Barreras que afectan de manera muy significativa a las personas gitanas, a las familias y a la comunidad en general.
Desde la FSG llevamos tiempo apostando actuaciones de carácter integral dirigidas a familias gitanas que residen en contextos de diversidad cultural, con un enfoque de acción comunitaria para posibilitar la participación social en el ejercicio de una ciudadanía activa y una convivencia constructiva. Actuaciones que les acerquen a los recursos y los servicios y que garanticen la igualdad de oportunidades y la garantía de los derechos, partiendo de las necesidades individuales de cada persona y cada familia. Pero además en esta apuesta hemos priorizado dos colectivos: la juventud gitana y las mujeres gitanas.
La igualdad de género está siendo una de nuestras prioridades para poder alcanzar la verdadera igualdad de oportunidades y de derechos de la comunidad gitana. Un apoyo a las mujeres gitanas, que teniendo en cuenta toda su diversidad, están necesitando de espacios propios para avanzar, aprender, colaborar, participar y aportar a la sociedad, sin dejar de lado su propia identidad como mujeres y como gitanas. Pero también un impulso del valor de la igualdad en todas las personas de la comunidad, hombres y mujeres, mayores y pequeños, para sensibilizar sobre la necesidad de compartir primero responsabilidades para poder compartir después los logros.
Y también hemos apoyado activamente a los jóvenes gitanos y gitanas, que necesitan hacer suyos aquellos espacios propios de la juventud en general, en la formación, en el ocio, en el deporte, en la política, en la cultura… por lo que hemos seguido apoyando a aquellos chicos y chicas gitanos inquietos por hacer valer su opinión y sus intereses desde la óptica de la interculturalidad, el respeto a la diversidad en todas sus vertientes y la ciudadanía activa. Y en este camino nos hemos apoyado en la colaboración con la Asociación Juvenil Gitana Aire Nuevo Caló, entidad que está demostrando un presente renovador y movilizador de la comunidad gitana.