Seguimos reclamando la necesidad de atender a las familias gitanas que se encuentran en una situación social más desfavorecida, que son más vulnerables a la exclusión y que no tienen garantizados sus derechos fundamentales.
Prestando apoyo desde nuestros programas y desde la sensibilización política y social hemos centrado esfuerzos en los pilares básicos que sustentan una adecuada inclusión: una vivienda digna en entornos integrados, la formación y el empleo, una educación de calidad, la garantía de que las necesidades básicas y de salud de las personas y las familias estén cubiertas y el ejercicio de una ciudadanía activa y constructiva.
Se ha prestado apoyo a los grupos de población dentro de la comunidad gitana que se encuentran con mayor desventaja y/o riesgo como son las familias en situación de pobreza o exclusión, sobre todo las que tienen menores a cargo, las mujeres gitanas para garantizar la igualdad de oportunidades y romper las barreras internas y
externas que favorecen su vulnerabilidad, las familias gitanas en situación de exclusión grave y las mujeres gitanas víctimas de violencia de género.
Como resultado de ello, durante el año 2016 se ha atendido a un total de 7.050 personas (de ellas 4.787 mujeres): 5.263 familias han recibido atención en cuestiones sociales básicas, 744 han sido atendidas en cuestiones relacionadas con la vivienda y 1.088 han participado en acciones de promoción de la salud.
De entre ellas, han recibido atención integral y adaptada 628 personas Roma procedentes de Europa del Este.
En uno de los ámbitos básicos para la inclusión social, como es la vivienda, se han desarrollado diversas actuaciones de intervención directa para favorecer la inclusión residencial, con un acompañamiento integral individualizado a 256 familias gitanas.