Número 0 - Abril 1999 - Revista Bimestral de la Asociación Secretariado General Gitano |
RESEÑAS CULTURALES
Gitanos en el cine
Esta sección de
RESEÑAS CULTURALES pretende ser reflejo de la extraordinaria vitalidad creativa
que caracteriza a los gitanos y, al mismo tiempo, de la constante fascinación
que éstos ejercen en numerosos artistas y creadores desde los tiempos más
remotos. La música, la danza, el teatro, el cine, la expresión plástica…
tendrán por tanto su espacio en estas páginas.
En este primer número no queríamos dejar pasar la oportunidad de reflejar un
hecho, quizá casual, pero que también puede suponer un indicio de que existe
un interés creciente, en muchos creadores, por una cultura todavía desconocida
para la gran mayoría.
Nos referimos a la coincidencia, en la cartelera cinematográfica, de tres
películas en las que los gitanos tienen un destacado protagonismo. La
descripción de las comunidades gitanas en sendas películas presenta numerosos
puntos en común, tanto en los aspectos más superficiales y estereotipados,
como los alardes de riqueza y poder de las mafias locales, pero también en el
sustrato más íntimo, en el valor de la familia y el grupo, el humor y la
alegría de vivir frente a la hostilidad del entorno, o el significativo papel
que desempeña en sus vidas la música o la conservación de las tradiciones.
GATO NEGRO, GATO BLANCO Emir Kusturica nació en
Sarajevo (la actual Bosnia) en 1955. Estudió cine en Praga y trabajó
durante unos años en la televisión, realizando varias series y
documentales. El éxito en el cine le llegó con Papá está en viaje
de negocios (1985), iniciando una trayectoria que le
llevaría a convertirse en uno de los directores europeos actuales de
mayor prestigio. Tras recibir la Palma de Oro de Cannes en 1995 por Underground,
los ataques lanzados desde la prensa y determinados círculos
políticos, que le acusaban de frivolizar el conflicto de los Balcanes,
le llevarían a declarar que ésta sería su última película. Sin
embargo pronto se embarcó en un nuevo proyecto cuya idea original
consistía en filmar un documental sobre la vida de unos músicos
gitanos. Este primer planteamiento, cuyo guión encargó al que fuera
también guionista de una de sus primeras películas, El tiempo de
los gitanos (1989), fue transformándose hasta convertirse en un
largometraje de ficción que se titularía Gato negro, gato blanco. El resultado es una mezcla explosiva de imágenes surrealistas, humor, música, bullicio y descaro con un transfondo documental (una especie de "realismo mágico" a lo balcánico), en la que el grupo de gitanos de su película de 1989 continúa inmutable en el fondo pero adaptado en las formas a los nuevos tiempos. La persistente orquestilla zíngara de Underground, con la que el director subrayaba cada paso de la acción, vuelve por sus fueros, imprimiendo un ritmo frenético a esta delirante trama llena de peripecias por la que circulan traficantes de droga, muertos que resucitan, cerdos que comen coches y un sin fin de metáforas visuales. |
Ficha técnica
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EL EXTRANJERO LOCO Con esta película, Tony
Gatlif (gitano nacido en Argelia en 1948) completa su "trilogía
gitana" iniciada con Les Princes (1983), sobre un grupo de
gitanos sedentarizados, y continuada con Latcho drom (1993),
donde sigue la ruta de la música gitana desde la India hasta
Andalucía. Aunque puede que haya que hablar más bien de tetralogía,
ya que su próximo proyecto parece estar centrado en la música de los
gitanos de Andalucía. El extranjero loco (o El payo loco, traducción quizá más precisa para nuestro país de Gadjo Dilo), es una acertada combinación de ficción y documental (la mayoría de los actores no son profesionales) en la que Gatlif utiliza la trama argumental, y especialmente el punto de vista de un joven extranjero, para adentrar al espectador en la intimidad, la cultura, costumbres y formas de vida de un grupo de gitanos en la Rumanía actual. Con calor, energía, sensualidad y muchas pinceladas musicales, Gatlif va cubriendo todos los registros de los sentimientos humanos, pasando del drama a la comedia sin solución de continuidad. El resultado es un canto a la tolerancia y un sentido homenaje a un pueblo sin caer con ello en una visión paternalista. |
Ficha técnica
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PAPÁ PIQUILLO El inefable Chiquito de la Calzada hace su tercera incursión en el cine, nuevamente de la mano de Alvaro Sainz de Heredia. El resultado es una pobre película que, salvo para los incondicionales del humorista, poco o nada aporta, sobre todo si tenemos en cuenta que la presencia de los gitanos no tiene otro objetivo que tocar la vena sensible del espectador, reforzando la imagen de miseria y penurias de la vida en un barrio marginal. La película cae en todos los tópicos y estereotipos al uso, como el marcado acento andaluz de los gitanos (de Madrid) o presentar a una abuela gitana, de luto riguroso, cantando junto a unos niños.
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Ficha técnica |
Los gitanos en el cine
Revista Gitanos, pensamiento y cultura. Nº6,
Nº9, Nº10
Número 0 - Abril 1999 - Revista Bimestral de la Asociación Secretariado General Gitano |