PERFILES

Miguel Mendiola

Ingeniero aeronáutico, técnico de asuntos sociales del gobierno de Estados Unidos, autor teatral, poeta, articulista, conferenciante, músico aficionado, filósofo, difusor de la cultura gitana por Internet en sus ratos libres... Miguel Mendiola es un gitano afincado en Estados Unidos con el que podríamos estar conversando durante horas y horas de los más diversos temas y que, como muestra en algunos de sus artículos, cuenta con un envidiable sentido del humor.

En este número, que por segunda vez dedicamos en buena parte al tema del Empleo, hemos querido recoger en esta sección las reflexiones de una persona con tan amplio perfil, laboral y personal, que paradójicamente confiesa que lo que más odia en este mundo es levantarse por las mañanas para ir a trabajar.

¿Puedes comentarnos algunos datos de tu biografía?

Nací en Sevilla en 1944. De familia paya y gitana; quizás me identifique más con la parte gitana porque me crié en el lado de la familia de mi padre, en un barrio donde los vecinos eran en su mayor parte gitanos y los payos que por allí vivían estaban "agitanizados". De hecho, si se era payo o gitano nunca salía a relucir. Todos teníamos una cosa en común: la pobreza. Y a la hora de pasar una olla de comida de un vecino a otro, no se tenía en cuenta si uno era gitano o payo. Me impresionaba la solidaridad que existía entre todos y se demostraba con ella que es posible vivir en armonía especialmente cuando la miseria nos deja a todos desnudos en nuestra humanidad.

Mi familia, por parte de mi padre, es de los Vargas. Una familia gitana muy antigua y muy extensa en Sevilla. Estamos también relacionados con los Pavones, por parte de mi abuela Carmen. Mi familia siempre estuvo muy metida en el Flamenco. Todas mis hermanas fueron bailaoras profesionales y mi hermano Rafael es guitarrista (fue miembro original del grupo del Farruco Los Bolecos). En ese sentido yo soy la oveja negra de la familia. A mí me dio por leer y escribir, algo que en mi juventud no era muy común en el barrio, ya que la mayoría de la gente tenía otras preocupaciones más urgentes como era la fatiga diaria de no saber qué comprar para la comida, si es que se podía comprar algo. Gracias a unos tíos, por parte de mi madre, yo pude estudiar un poco.

Me casé muy joven y me vine a trabajar a América porque no veía mi futuro muy claro allí en Sevilla. Aquí trabajé durante muchos años en la industria aeronáutica en diversas funciones de ingeniería. Actualmente trabajo para Servicios Sociales del Estado de California como supervisor de uno de sus departamentos.

No sé por qué, siempre me ha gustado cavilar las cosas y al igual que el Camarón, "me preguntaba mi paso por este Mundo". De ahí mi amor por la Filosofía. Creo que porque siempre odié tanto mi trabajo me buscaba desahogo en otras cosas y por eso –y también porque aquí no hay vida social– me entretenía leyendo. Empecé a escribir todas las tonterías que se me ocurrían, incluyendo algunas poesías, y tengo varias cajas de cartón llenas de papeles que quién sabe Dios para qué servirán, excepto quizás para que en su momento me ayudaran a poner mis pensamientos en orden.

Me encanta la música folclórica y la clásica y aprendí a tocar la flauta por mi cuenta, simplemente para entretenerme. Una vez me entró la "gilinea" y escribí una obra de teatro musical andaluza. Se presentó en Los Angeles con mucho éxito, trabajando en ella muchos actores de teatro y de cine bien conocidos en el área, y ha estado a punto varias veces de producirse en grande en varios teatros, pero desgraciadamente siempre pasa algo en el último momento y se rajan.

Esta obra, La Salamandra es muy variada en cuanto a que contiene números musicales que comprenden toda la gama del folclore andaluz, incluyendo mayormente el flamenco (en lo cual me ayudaron mi hermano Rafael y mi cuñado Enrique Soto "El sorderita"). Los números musicales van siguiendo la trama y es ahí donde se hace la cosa un poco complicada porque requiere que algunos artistas sepan no solamente actuar sino también bailar. Es una obra difícil, pero con un tema muy original, aunque un buen director podría simplificarla. Como casi siempre pasa en estas cosas, el problema es el dinero. Pero en fin, ahí está. Y aquí estoy yo para vuestro servicio.

¿Cuantos niños te has comido hoy?

Sé que te refieres a "Una modesta proposición", un artículo que escribí como consecuencia de otro más en serio titulado "Dos ejemplos clásicos" ( 1 ). Al igual que el del mismo título de Jonathan Swift (el escritor de Los viajes de Gulliver), es una parodia que espero que nadie la haya tomado en serio. Propuse volver a nuestra venerable tradición de "comer niños" para que los payos que nos acusan de caníbales sigan llevando razón.

No se puede tomar esto demasiado a la ligera porque aún existen mitos horribles sobre los gitanos. No hace mucho vi una película titulada El violín rojo. Es la historia de un violín que al pasar de mano en mano va afectando a la vida de sus dueños. Pues bien, uno de ellos muere y lo entierran con el violín. Naturalmente, enseguida aparecen varios gitanos que por la noche van al cementerio, desentierran al muerto y se llevan el violín. Este es un mito que prevalece a través de la historia y la literatura: los gitanos como saqueadores de tumbas. Pero, chiquillo, ¿a quién se le ocurre? ¡Si somos los más miedosos del mundo! Con decirte que yo no voy solo a ninguna parte, ni al médico. Me tiene que acompañar alguien o si no, no voy. ¡Cómo vamos a ir a un cementerio de noche a desenterrar muertos! Pero esas son las imágenes que se proyectan continuamente hasta que quedamos deshumanizados.

¿Crees que los estereotipos y prejuicios contra los gitanos afectan a la hora de acceder a un puesto de trabajo?

Difícil sería para un empresario considerar darle un puesto de trabajo a una persona "sucia, ratera, mentirosa o vaga". Los estereotipos están muy afincados y a los ya tradicionales debemos añadir el más moderno de "drogadicto". Quizás la mejor forma de contestar a esta pregunta sería refiriéndome a lo que escribí en un foro de Internet como respuesta a alguna gente que culpaba a los gitanos por estar donde están, ya que según estas personas los gitanos no queremos integrarnos y rehusamos trabajar, pagar impuestos y demás: ( 2 ).

"El prejuicio estriba en atribuirle a todo un grupo de personas las virtudes o defectos de una parte de sus componentes. En el caso de la comunidad gitana, los racistas se fijan solamente en el sector más pobre y más marginado de esa comunidad. Tomando como muestra a este sector, analizan sus características y concluyen: Todos los individuos de ese sector poseen atributos comunes. Esto ya en sí constituye un prejuicio porque incluso dentro de ese sector habrá subsectores e individuos que no siguen el patrón señalado. Entremos por ejemplo en un barrio chabolista compuesto en su mayor parte por gitanos pobres, analfabetos y sobre todo muy marginados por la sociedad. Los racistas concluyen en primer lugar que todos los que viven en ese barrio son gitanos y en segundo lugar que todos son rateros y/o drogadictos. Ninguna de las dos cosas es verdad. Lo que sí puede ser verdad es que dentro de ese grupo, debido a las extremas condiciones de vida, se encuentre un mayor índice de delincuencia al igual que ocurre en todos los grupos marginados no importa si son payos o gitanos.

Alguien mencionó que Las cárceles están llenas de gitanos. Una vez más, esta declaración es falsa y racista. Las cárceles contienen payos y gitanos. Los números son proporcionales al margen de pobreza que existe en ambos grupos. Esto ocurre en todos los países de mundo y con todos los grupos marginados. Las cárceles del mundo contienen mucha gente pobre. Punto.

Declaraciones de esa índole, están diseñadas para señalar a un grupo determinado como muy especial. "Las cárceles están llenas de gitanos" no es más que una mal disimulada acusación de que algo debe haber intrínsecamente nocivo en la etnia gitana para que haya "tantos" gitanos en las cárceles. Ese es el mensaje subliminal (no tan subliminal para aquellos de nosotros que llevamos mucho tiempo estudiando el origen, causa y efecto del racismo).

Una vez encontrados esos atributos en el sector escogido como muestra, hay que extenderlos a todo el grupo en general. Aquí ya empezamos a hablar más que de prejuicios, de racismo. Los comentarios de estos racistas empiezan siempre con "los gitanos esto, los gitanos lo otro". Ya, y sin descaro, incluyen a todos. Algunas veces, y para disimular un poco, ponen un pero aquí y allá. No todos son iguales y yo he conocido a algunos gitanos honrados pero... Ese pero es el pero racista, muy conocido en círculos donde estudiamos estas cosas. Es el pero que duele, que lastima.

El lenguaje racista tiene su propia gramática y sus propias leyes sintácticas. A veces, el racista ni siquiera sabe que lo es aunque quizás lo sospeche. Estos son los que empiezan diciendo "Yo no soy racista pero...", "digo esto sin ánimo de ofender pero..." y proceden a ofender; o "no estoy criticando pero... " y proceden a criticar.

Habiendo pues confirmado en su ignorancia que todos los gitanos son rateros, drogadictos, violadores de niños, etc., hacen un alto en el camino y no les interesa si esas conclusiones son verdad o mentira. Estas cosas del racismo no son fáciles. Para educar al racista, se necesita mucha paciencia, muchos años, y muchos recursos, que naturalmente no tenemos y mucho menos en un medio como éste.

La culpa de la marginación sufrida por el pueblo gitano recae en los gitanos mismos al no querer integrarse a la sociedad mayoritaria. Todos los comentarios que contenían la palabra "integración", contenían al mismo tiempo una cabreada irritación. Como una impaciente maestra de escuela que quiere ayudar al alumno, pero éste no colabora. Esto de la integración ya viene de lejos. A los gitanos no se les deja ser gitanos y para integrarse tienen que dejar de practicar sus oficios tradicionales, como la herrería, el trato de ganado, la venta ambulante, etc. Pero nunca nadie nos explicó el por qué dedicarse a la venta ambulante es un signo de rebeldía, de no quererse integrar. Millones de payos tienen sus propios negocios y nadie se lo impide ni les habla de integración. También molesta mucho el que algunos gitanos insistan en cierta forma de vestirse. Algunos gitanos tradicionales llevan sombreros y bastones, dos artículos que ya están pasados de moda. Pero ¿qué daño le hacen a nadie, más que a esos que caprichosamente quieren imponernos sus gustos?

Por mucho tiempo se les prohíbe hablar su propia lengua. Para integrarse hay que hablar la lengua de la comunidad mayoritaria. Pero el gitano habla la lengua mayoritaria. No hace ningún daño al poder hablar otra lengua, al igual que el catalán o el vasco pueden hablar las suyas sin que nadie les mencione la palabrita "integración".

Para integrarse hay que dejar costumbres y tradiciones gitanas y adoptar las de la comunidad mayoritaria. Muchos grupos regionales tienen costumbres y tradiciones propias que no necesariamente son celebradas en el resto del país. Pero a ellos no se les exige que dejen esas costumbres y tradiciones. ¿Por qué entonces a los gitanos? Una vez más denoto en esa demanda por la "integración" un tono paternalista, de monja jesuita si las hubiere. Y una vez más estamos hablando de ciertos sectores de la comunidad gitana, ya que no todos los gitanos siguen antiguas tradiciones a rajatabla. Una muy popular entre los gitanos mas ortodoxos es la llamada boda gitana. Esta costumbre ya empezaba a perderse pero resulta que son las mujeres gitanas las que están pidiendo algunas veces esta clase de boda. Hoy día se considera como una especie de lujo y de honra. De todas formas son costumbres que los payos no tienen por qué seguir ni tienen por qué preocuparse si nosotros lo hacemos o no".

¿Qué le dirías a las chicas y chicos gitanos de hoy que se están planteando su futuro?

Tengo entendido que el absentismo escolar entre los niños es grave y un problema difícil de resolver especialmente cuando nos referimos a los grupos de gitanos más marginados.

Especialmente grave para el futuro de estos niños es cuando se empieza mal en la escuela primaria. Si no se obtienen unos buenos cimientos, o bien no se termina la escuela, ya el niño jamás volverá a estudiar, o si más tarde decide continuar, le será muy difícil.

Si alguna vez llega a la escuela secundaria, sentirá la frustración de todo aquel que por no haber adquirido unos buenos conocimientos básicos, le cuesta enormemente aprender en un nivel superior. Es posible que pueda pensar que no sirve para los estudios. Y no es eso. Pero se comprende la desgana, la falta de motivación y esa frustración que lo invita a abandonar los estudios por y para siempre.

Es muy difícil hablarle a niños que viven en condiciones infrahumanas, de los beneficios de permanecer en la escuela. No hay comunicación posible porque estos conceptos son totalmente foráneos para ellos. A esto tenemos que añadir la "expectativa del fracaso". La mayoría de estos niños entran en la escuela o bien temiendo al fracaso o bien le inculcan esta emoción. Está demostrado que el índice de fracaso escolar es muy elevado entre aquellos niños a los que se les dice que no van a tener éxito o que ellos ya de por sí lo piensan.

Este es un factor sicológico muy importante a la hora de decidir continuar o no con los estudios.

Los tiempos han cambiado. En los míos, yo no tenía que decidir nada. Era mi padre o el miedo a mi padre el que me hacía continuar en la escuela. Y toda la familia detrás por si acaso. Pero respondiendo a tu pregunta, creo que es crucial para estos chavales que tengan la suerte de estar en un colegio, quizás de obtener una beca, o por lo menos de finalizar sus estudios básicos; repito que es crucial que así lo hagan. No solamente para ellos mismos sino para toda la comunidad gitana. Necesitamos más gente gitana con profesión, preparadas, líderes. Necesitamos ejemplos. Estos chavales no tienen idea de la transcendencia histórica de la que forman parte. No comento sobre las razones prácticas, porque creo que son obvias, por las cuales deben de continuar sus estudios, a trancas y barrancas, o como dé a lugar.

¿Qué iniciativas en pro de la convivencia intercultural de Estados Unidos destacarías y cuáles podrían ser más fácilmente trasladables a España?

En este país no existe la convivencia intercultural. Todos los grupos étnicos, raciales y hasta sociales, están bien segregados. Los negros viven en sus barrios, los chinos en los suyos e igualmente pasa con los latinos americanos. Y en la sociedad mayoritaria vemos la separación entre los ricos y no tan ricos.

No veo ninguna iniciativa para poder cambiar el panorama. Hay muchas leyes en contra de la discriminación que dicen " No puedes decir esto o no puedes hacer lo otro", etc. Y en algunos casos, tantas prohibiciones resultan contraproducentes, pues para lo único que sirven es para separar más a las diferentes culturas, al desarrollarse ese "no me toques" que últimamente produce la indiferencia. Yo espero que este sentimiento de "política correcta" que ha invadido a la sociedad americana no llegue a España.

Lo que sí es sano es intentar el equilibrio socio-ecónomico entre los grupos. Para eso tenemos la política de "acción afirmativa" por la cual todas las empresas estatales o que dependan del gobierno tienen que emplear a cierto número de trabajadores de minorías de acuerdo al porcentaje que existe de ellos en la sociedad. En España, trasladando esta política, debería haber un 2% de gitanos empleados en el gobierno y en toda empresa que dependa de algún modo del gobierno.

Esta política de cuotas parece ser injusta a primera vista. Pero de alguna forma hay que pagar la deuda histórica, el daño causado por tantos años de persecución y racismo. Aparte, yo no veo injusto que todos los grupos de una sociedad estén bien representados en los diferentes órganos sociales, sean laborales, políticos o culturales.

 

Un artículo que publicaste en la revista I Tchatchipen ( 3 ) lo titulabas "El gitano en el siglo XXI". ¿Eres optimista o pesimista con respeto al nuevo siglo y milenio? ¿Qué valores y conocimientos van a ser más importantes?

Soy optimista en que las cosas van a cambiar bastante para los gitanos durante esta época y me baso en dos razones: las cualidades gitanas son ideales para este tiempo de cambios drásticos, y la promoción de estas cualidades, por medio de gitanos preparados, será en función de progresión geométrica, lenta al principio, sí, pero pronto acelerada como es natural en esta clase de progresiones.

Ahora hablemos un poco sobre estas "virtudes" gitanas a las que tantas veces me refiero y de las que me siento tan orgulloso. Pero antes he de aclarar que cuando hablo de estas cualidades o virtudes me refiero a toda una cultura en general y naturalmente hay excepciones en cuanto a individuos.

La primera es la generosidad inherente en la cultura gitana. El factor "bondad" como yo lo llamo, opuesto al factor "avaricia" que predomina en culturas lineales. A medida que la sociedad mayoritaria vaya haciéndose más madura sicológicamente, empezará a valorar a individuos con un alto nivel de "coeficiente emocional", no tanto del intelectual. Una persona puede tener un coeficiente de inteligencia muy grande y ser al mismo tiempo un "gilipollas" que no sirve para nada. Las empresas laborales de hoy día están buscando a gente que esté preparada, sí, pero que sean flexibles, rápidas en la reacción a los cambios, con agudeza para tomar decisiones en un abrir y cerrar de ojos. En otras palabras, todo de lo que es carente en el gilipollas o "idiota educado" o "robot cibernético". Estos también son necesarios para hacer una función muy específica pero serán, marca mis palabras, los braceros del siglo XXI. Demasiado interesados en procedimientos burocráticos, demasiado rígidos, tienen, y por eso no lloran, de cable las calaveras. No saben reír y nunca aprendieron a llorar; por consiguiente no entienden la naturaleza humana. En este siglo ese entendimiento es sumamente importante, ¿y quién mejor que el gitano para ello?

¿Qué valores estamos buscando en este siglo? Nada más ni nada menos que los valores innatos del gitano: observación, intuición, adaptación, etc. El siglo XXI está hecho a nuestra medida.

Claro está que en términos generales, tenemos que vencer tres obstáculos importantes:

1.- Reputación. La creada por los estereotipos y la cual nos está asfixiando. 2.- La falta de preparación escolar. 3.- La poca experiencia laboral en trabajos no tradicionales.

De esto podríamos hablar otro día. Pero quiero volver a las virtudes gitanas y hablar un poco más sobre este asunto, aunque teniendo en cuenta que son opiniones muy personales basadas en mi propia experiencia. Pero espero encontrar apoyo en esta defensa de lo bueno de la cultura gitana y que quizás un día, lo que yo he denominado "efectividad gitana" se convierta en un slogan universal entre nosotros, los gitanos.

Esta "efectividad gitana" no es más que un alto "coeficiente emocional" Yo no conocía este término hasta hace muy poco, aunque lo había descrito en mis propias palabras hace ya tiempo. Un amigo, mientras hablábamos sobre estas cosas, me dijo que mis teorías sobre la cultura gitana y la "efectividad gitana" eran comunes a lo que un tal Goleman había denominado "coeficiente emocional". Para el doctor Daniel Goleman, sicólogo, estas cualidades incluyen la intuición, el poder de observación, empatía (bondad) y destreza, que marcan a las personas con éxito en la vida. Son capacidades básicas necesarias para el éxito en el campo laboral. Todas estas cualidades son cualidades gitanas por lo cual deduzco que el gitano es "emocionalmente inteligente".

Las personas que tienen un déficit de coeficiente emocional suelen ser introvertidos, antisociales, reservados. Tienen gran dificultad para entender la comunicación no verbal, interpretando erróneamente los gestos y movimientos de sus interlocutores. En situaciones donde se requiere el tacto o la diplomacia, muchas veces "meten la pata". Es decir, podemos catalogarlos como lo que vulgarmente llamamos "gilipollas". El "gilipollas", pues, es la antítesis del gitano. Pero si el gitano es tan "listo" ¿por qué entonces no tiene tanto éxito como debiera? Pues simplemente por los tres obstáculos de los que hablé anteriormente.

En el momento en que el gitano obtenga una educación escolar y se integre a la fuerza laboral, veremos una ascensión en la posición en esta última por (precisamente) el alto nivel de coeficiente emocional, factor general en todos aquellos que sobresalen en sus carreras profesionales.

Todas estas cualidades gitanas, y muchas otras que no menciono porque creo que me estoy alargando demasiado, es lo que yo denomino la "efectividad gitana". Tenemos que trasladar estas cualidades al campo laboral. En el momento en que esto suceda, será obvio que el gitano es muy empleable y que será muy solicitado. Las grandes empresas están rabiando por encontrar personas con semejantes cualidades ya que son muy efectivas en el manejo de crisis, resolución de conflictos y en saber tomar decisiones con un alto porcentaje de éxito. Sí, soy optimista. Creo que el siglo XXI es el siglo del gitano.

Has escrito también que "la familia es el fulcro (punto de apoyo) y la palanca de la vida del gitano". ¿Cómo crees que afectarán los nuevos tiempos al concepto de familia en la cultura gitana?

Espero con toda mi alma que eso no se pierda nunca, porque el día en que el gitano no ame a su familia, no respete a sus padres, no le importe si un hermano está enfermo, etc., ese día se acaba la gitanidad.

Nuestro amor a la familia va más allá del que cualquiera persona decente pueda sentir por su gente. Lo nuestro es devoción y sobrepasa al amor natural tanto en calidad como en grado y en extensión. Queremos y nos preocupamos por cualquier primo incluso si es segundo o tercero, mientras que la mayoría de la gente ni siquiera lo conocen o saben de su existencia. Esta unión y amor filial ha sido la afinidad de los átomos de nuestra cultura. Todo lo que perjudique en lo más mínimo a la conservación de este amor filial, todo, repito, es antigitano. No importa si es algo tan noble como la religión, tan canalla como la droga o tan mundano como la política o la avaricia y el egoísmo. Sobre esto podríamos hablar largo y tendido pero lo dejaremos para otra ocasión.

- Benjamín Cabaleiro

 

NOTAS

(1) y (2) En la página web de la ASGG hemos incluido varios artículos de Miguel Mendiola, entre ellos los dos citados en la segunda pregunta: "Una modesta proposición" y "Dos ejemplos clásicos", así como el texto completo de los comentarios enviados al foro de Internet que se menciona en la tercera pregunta y que por razones de espacio hemos tenido que extractar en esta entrevista. (ver documentos).

Miguel Mendiola dispone también de su propia página en Internet con enlaces a muchas de sus poesías y artículos ( http://hometown.aol.com/mmendgitan/Sastipen.html )

(3) Miguel Mendiola. "El gitano en el siglo XXI". En I Tchatchipen, nº 23, 1998, pp. 29-32.