Actualidad

[editar plantilla]

El “Grupo de Teatro Gitanas de El Vacie” recibe el aplauso en el escenario y la discriminación en la calle[editar]

15 de Marzo de 2010
FSG - Área de Igualdad de Trato

COMPARTIR
  • Facebook
  • Twitter
  • Enviar por mail

Con motivo del Día internacional de la Mujer, y en el marco del Año Europeo de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, el Teatro Español en colaboración con la Oficina del Parlamento Europeo y la Representación de la Comisión Europea en España presentaron del 4 al 14 de marzo la versión de La casa de Bernarda Alba del Centro de Investigación Teatral TNT de Sevilla. La función del sábado 6 contó con la presencia de varias ministras y altos cargos, embajadores y eurodiputados.

La directora de escena, Pepa Gamboa, ha dirigido en este proyecto a un grupo de mujeres gitanas sin alfabetizar del poblado sevillano de El Vacie (el más antiguo y grande de Europa), que han cautivado al público por su autenticidad y fuerza en el escenario desde que se estrenara esta versión del drama de Federico García Lorca el pasado 8 de noviembre en la sede del TNT en Sevilla. Cabe señalar también que este proyecto de TNT, Teatro Atalaya y Grupo de Teatro Gitanas del Vacie ha sido galardonado con el Premio “8 de Abril 2010” del Instituto de Cultura Gitana, una fundación pública dependiente del Ministerio de Cultura.

Sin embargo, junto a estos reconocimientos, este grupo de mujeres ha sido testigo del largo camino que todavía queda por recorrer a la sociedad española para terminar con la discriminación hacia determinados grupos sociales, entre ellos, la comunidad gitana.

Nada más llegar a Madrid para participar en estas representaciones, varias de estas mujeres sufrieron continuos casos de discriminación en el acceso a diferentes bienes y servicios: desde la imposibilidad de coger un taxi que las llevase hasta el lugar de alojamiento (salvo ya con la presencia de la policía, e incluso así, con comentarios despectivos por parte del taxista), a entrar o realizar compras en distintos comercios de ropa o tomarse un café en una cafetería. 

Aunque a veces parece que se olvida, estos hechos, tomados individualmente, son de una entidad tan grave que podrían encajar en los actos que el Código Penal prohíbe y sanciona como “denegación de una prestación a la que se tenga derecho”. A pesar de ello, en esta ocasión, las mujeres han declinado la opción de la vía jurídica para reclamar su derecho a la igualdad por todas las dificultades que tendría un proceso como éste y en una ciudad distinta a la suya.

A pesar de esta decisión, desde la Fundación Secretariado Gitano no podemos dejar de hacer una denuncia social de este caso en el que un grupo de mujeres, que además ha sido premiado por su labor cultural y social, es víctima reiterada de una de las situaciones más injustas, y no por ello menos extendida y aceptada, como es la discriminación por etnia.

Este caso constituye un claro ejemplo de que aún queda una tremenda labor que realizar en la sensibilización de la sociedad mayoritaria en el respeto hacia otros grupos y culturas, incluso con la minoría gitana que lleva ya más de seis siglos de convivencia en la península Ibérica y ha contribuido a la conformación de la identidad española.

Para construir una sociedad más justa e igualitaria, es imprescindible lograr que la igualdad de oportunidades se perciba como un elemento clave en la evolución del sistema democrático y la lucha contra la discriminación sea valorada como un deber cívico de toda la ciudadanía. Cabe recordar, asimismo, el artículo 9.2 de la Constitución Española, en el que se recoge que “corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”.

VOLVER A LA SALA DE PRENSA