24 de Septiembre de 2017
FSG
La noticia de la reelección de Angela Merkel en Alemania se ha quedado relegada por la irrupción en el Parlamento Alemán del partido xenófobo y racista de ultraderecha Alternativa por Alemania como tercera fuerza. No es para menos. Los partidos ultraderechistas están ganando posiciones en muchos países de la UE. Pero además, Alemania tiene su pasado: la Historia nos recuerda el papel que jugó en el Holocausto contras judíos, gitanos, homosexuales… y del que parece que no hemos aprendido. La ultraderecha ya no es solo una amenaza por su retórica racista y xenófoba, sino que ya están en las instituciones y forman parte de los poderes públicos, están presentes en los procesos de toma de decisiones que nos afectan a todos los europeos.
El Parlamento Europeo, órgano de representación de la ciudadanía europea, parece que ya ha claudicado en su empeño por combatir el discurso del odio que propaga la ultraderecha europea, bien asentada en el Parlamento, y ha dejado pasar sin consecuencias las declaraciones antigitanas de algunos de sus miembros, como la eurodiputada italiana, Mara Bizzotto o el búlgaro, Angel Dzambazki.
El 1 de enero Bulgaria asumirá la presidencia rotatoria de la UE y los miembros del Gobierno búlgaro, formado por una colación de partidos que incluye un partido de ultraderecha, desde el Consejo Europeo articularán la agenda política y representarán al conjunto de la ciudadanía. El propio Vicepresidente búlgaro es conocido por sus declaraciones contra gitanos e inmigrantes. No parece que seamos conscientes del riesgo que supone que gobiernos europeos asuman desde posiciones de ultraderecha la protección de valores y principios europeos: cohesión, igualdad, derechos fundamentales, diversidad…
Desde la Fundación Secretariado Gitano, nos hemos pronunciado en reiteradas ocasiones contra las declaraciones antigitanas de representantes políticos, condenando y denunciando el discurso discriminatorio que exhibe la ultraderecha europea, y exigiendo a los poderes públicos un pronunciamiento contundente y ejemplar en contra. Pero ya no valen solo las declaraciones de condena, hay que actuar frente a las posiciones racistas y xenófobas. Ya no es solo la retórica de estos partidos contra las minorías, el riesgo es que su creciente presencia en las instituciones vaya marcando la agenda política y el discurso de todos los partidos, que tarde o temprano buscarán llegar a ese electorado que vota a favor de posiciones excluyentes.
Hacen falta posiciones más beligerantes frente al auge de la ultraderecha en Europa. Los poderes públicos tienen que trazar una estrategia para frenar su crecimiento, en el marco de la política y del Estado de Derecho; pero, además, la UE debe reforzar su sistema de protección de las minorías. Es necesario seguir condenando públicamente desde las instituciones los discursos de la ultraderecha, pero también poner en marcha medidas políticas y legales que garanticen la defensa de los derechos fundamentales y, especialmente, de quienes los tienen más débilmente garantizados.
En España no podemos ser indiferentes a lo que pasa a nuestro alrededor. Se han dado pasos para combatir el creciente discurso del odio y reforzar los mecanismos de denuncia. Pero en este nuevo contexto creemos que hay que tener un buen marco legal de protección, y por eso abogamos por impulsar una Ley Integral de Igualdad de Trato que garantice la protección de todas las personas o grupos potenciales víctimas de discriminación (racial o étnica, religiosa, orientación sexual, etc.).
“Ya no valen solo las declaraciones de condena, hay que actuar frente a posiciones racistas y xenófobas de la ultraderecha europea.”
Con la colaboración de:
