31 de Marzo de 2008
Desde la FSG nos queremos sumar a la firme reclamación de Justicia y de responsabilidades políticas, si las hubiere, por las que clama la familia.
La desaparición de la niña Mariluz Cortés, tratada con profusión por todos los medios de comunicación durante los últimos meses, estuvo también muy presente en todas las familias, iglesias y organizaciones gitanas, por ser Mariluz y su familia de esta etnia (en concreto, la madre, Irene, es trabajadora de la Fundación Secretariado Gitano en Huelva).
Tras el fatal desenlace del caso, con la aparición del cadáver de la niña el 7 de marzo, desde la FSG queremos manifestar nuestra consternación y dolor por la pérdida de Mariluz, así como nuestro apoyo y solidaridad en estos tristes momentos a nuestra compañera Irene, a su marido Juan José y a toda la familia.
Una vez realizadas las detenciones de los presuntos culpables de la muerte de Mariluz y ante la sucesión de despropósitos judiciales que van saliendo a la luz en los últimos días con respecto a la situación penal del principal sospechoso, desde la FSG nos queremos sumar también a la firme reclamación de Justicia y de responsabilidades políticas, si las hubiere, por las que clama la familia.
Como todo el mundo está reconociendo, en este caso de enorme sufrimiento para una familia gitana, ha sido ésta precisamente quien ha mostrado la mayor entereza, sensatez y ejemplo de tranquilidad para un entorno social humilde y castigado, del que podrían haber surgido reacciones no deseadas por nadie.
Le toca pues ahora, a los responsables políticos y judiciales, poner todo lo que esté en su mano para paliar el sufrimiento de la familia y los vecinos, haciendo realmente efectiva la aplicación de la Justicia para que nunca más pueda surgir una duda tan terrible como que “la muerte de Mariluz pudo haberse evitado”.
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