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30 años de la muerte de Camarón de la Isla: "la leyenda en el tiempo" [editar]

01 de Julio de 2022
Gonzalo Montaño Peña

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30 años de la muerte de Camarón de la Isla: El 2 julio de 1992 fallecía Camarón de la Isla, a quien podemos considerar, hasta hoy, el último gran mito del Flamenco. Como no podía ser de otro modo, en la Bitácora Gitana le recordamos a nuestra manera, haciendo una libre interpretación de lo que le sucedió con Mick Jagger, cantante de los Rolling Stones, dos años antes. Le recordaremos también escuchando su concierto en el festival de Jazz de Montreaux en 1991 en audio y en video.

La vida y obra de los genios está siempre rodeada de mitología. Multitud de anécdotas y toda una serie de leyendas los envuelven y perpetúan dentro de la cultura popular. La de Camarón de la Isla no podía ser distinta. De hecho, aun siendo un hombre de pocas palabras, han quedado algunas frases suyas para la historia.

Una de las historias más conocidas de José es la que lo vincula con Mick Jagger, cantante de los Rolling Stones. La historia es mítica, aunque tampoco está claro lo que pasó. Aquí recopilamos algunas de las versiones que han quedado sobre este hecho.

Corría el mes de junio de 1990 y los Rolling Stones actuaban en el estadio Vicente Calderón de Madrid. El grupo estaría dos noches seguidas, en concreto las del sábado 16 y domingo 17. Las entradas estaban agotadas desde hacía tiempo y la expectación era máxima.

La primera de las dos noches, la del sábado, el concierto fue antológico. Los aficionados aseguraron que Jagger “había hecho el amor con los 70 000 asistentes esa noche”. Al terminar el concierto “sus satánicas majestades” estaban excitados por lo que había pasado en el escenario, pero la mayoría quisieron irse al hotel a cenar algo en la habitación y descansar para estar en forma el siguiente día.

Sin embargo, Jagger tenía ganas de juerga y pidió que le llevaran a cenar y que quería escuchar a Camarón de la Isla. El manager había reservado un espacio íntimo y alejado de las miradas en uno de los mejores restaurantes de la capital. El menú no incluía carne, puesto que Jagger no la come, pero sí pescado y vino blanco, aunque finalmente bebió agua con gas.

Uno de los representantes hizo todas las gestiones para contactar con José Monge, que en ese momento estaba en Madrid. Al parecer, el representante del cantaor lo llamó por teléfono y le dijo:

“José, me acaba de llamar el manager de Mick Jagger”

 “¿Quién es? no le conozco”, respondió Camarón

“El cantante de los Rolling Stones, la banda de Rock más famosa del mundo, ha actuado esta noche en Madrid y dice que quiere conocerte. Es fan tuyo y le gustaría echar un ratito contigo y que le cantaras algo. Te pagarían 5 millones de pesetas”,

José escuchaba con el ceño fruncido, como digiriendo la información. Por su mente, en pocos segundos, pasaron flashes de su vida. Con solo siete años comenzó a buscarse la vida cantando por las tabernas o las noches en la Venta Vargas de San Fernando (Cádiz). Luego vendrían las madrugadas con sus mañanas siguientes en los reservados de los tablaos de Madrid, de las que salía con la mañana ya bien avanzada y el sol cegando sus ojos. Siempre se sintió un privilegiado por ser cantaor, tenía claro que ese era su sino, algo natural para él. A pesar de lo dura que era la noche, no le pesaba, estaba curtido en ella. Era una fuente de trabajo que le daba dinero, pero poco más. Lo único que le podía hacer disfrutar era escuchar cantar a sus compañeros, o de vez en cuando a algún aficionado de verdad que entendía de cante. Eso le motivaba y le daba sentido a su arte. Todo eso desfiló en un segundo por su mente mientras escuchaba al teléfono a su manager hablando.

“Bueno José, entonces ¿qué le digo?, es un honor que Mick Jagger te quiera escuchar y además un buen dinero, ¿qué me dices?” preguntaba el representante.

Aunque José entendía que ese señor sería, seguro, un gran artista y lo alagaba que le hubiera requerido para escucharle, en sus fueros internos sabía que ese “Jagger” no podía “estinguir” de cante, así que por mucho dinero que le fueran a dar, ¿para qué molestarse? Además (este era el mayor de los motivos), José entendió que esta era una pequeña revancha que la vida le daba por muchas de las noches que tuvo que “pasar fatigas” en los reservados cantando para quienes no lo comprendían y sin dudarlo soltó:

“Esos gachés no saben de flamenco” y colgó el teléfono.

Camarón y Tomatito
Camarón y Tomatito

Aunque esta es una de las versiones que han quedado de este episodio, no es la única que circula. En otra versión, muy difundida también, los hechos no sucedieron el sábado, si no el domingo 17 de junio.

Según cuentan, la primera noche todo el grupo se fue al hotel, incluido Jagger. Al día siguiente el cantante solicitó que tras el concierto le llevaran a Camarón a cantarle. El resto, según nos cuentan, sucedió como en la anterior versión, el manager le preguntó a Camarón que si estaba disponible y aunque en principio no conoció el nombre del artista inglés, sí que conocía, al menos de oídas, alguna de las canciones de los Rolling Stones, así que accedió a ir esa noche a conocerle y cantar un poco.

“Te mando un taxi a eso de las 12 de la noche” le dijo el manager.

“Vale, pero que venga "el Tomate" para recogerme también” pidió Camarón.

Al llegar a la sala encontraron un reservado con una larga mesa en la que estaba Mick Jagger y su séquito, en total unas veinte personas. Le recibieron con gran respeto y amabilidad. El traductor hizo las presentaciones, aunque realmente no hubo apenas palabras.

Los flamencos se sentaron a la mesa, Camarón pidió un poco de agua, encendió un cigarrillo y se quedó callado. A su lado Tomatito empezó a calentar los dedos con la guitarra. Los ingleses seguían hablando en entre ellos, pero en voz baja. Cuando pasó un rato, el manager le dijo a Camarón: “Cuando tú quieras”. José comenzó a cantar sin realmente forzarse ni darlo todo, estaba solo calentando la garganta. De todos modos, el respeto, la impresión y la sorpresa hicieron callar a los presentes que escuchaban con atención. Cantó por Alegrías, por Tarantos, por Soleá y por último por Bulerías. La sensación de los ingleses comenzó por ser de sorpresa para llevarlos a la incredulidad. ¿Qué es esto? ¿Realmente este hombre está cantando así? No habían conocido algo parecido. No comprendían la métrica ni el ritmo de lo que estaban escuchando, pero sabían que era algo que difícilmente podrían volver a sentir. Tras poco más de veinte minutos de cante, Camarón agradeció con un escueto “gracias” y luego se despidió de Mick Jagger. El cantante se le acercó y aún estremecido le dijo a Camarón:

“Por favor, dame tus calzoncillos a ver si se me pega algo de tu arte”, el traductor se lo dijo a José quien entre risas se fue de la sala…

No está claro cuál de estas dos versiones fue la que realmente sucedió esa noche. Sin embargo, muchos afirman que en realidad nunca nada de esto sucedió.


Clic aquí para escuchar la playlist del Festival de Montreaux 1991 en Spotify.

Camarón de la Isla. Festival de Montreaux 1991
PODCAST #04- 30 años de la muerte de Camarón de la Isla: "la leyenda en el tiempo"
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