Fundación Secretariado Gitano

Pablo Vega, director de cine, en la Bitácora Gitana 2.0 [editar]

• Promoción de la Cultura Gitana

B.G.- Hola Pablo, viniendo desde Aceuchal, Badajoz ¿cómo empiezas a soñar con ser director de cine?, ¿en quién lo ves?

P.V: Yo siempre he estado rodeado de arte. Empezando por mi padre, que ya desde joven hacia sus performances. Ellos tenían un grupo de personas que hacían actividades culturales desde su entorno que me influyó desde pequeño; y por supuesto mi tío Paco Suárez, que es director de teatro y que es un referente también importante.

Pero mi enamoramiento con el cine vino a través de un tomavistas que compró mi padre cuando yo tenía cinco años. Él grababa cosas y luego nos poníamos juntos a montar esas peliculitas y ahí vi una magia que me fascinó. Siempre fui muy inquieto, muy extrovertido y me encantaba inventarme historias.

Luego ves como todo se va encaminando naturalmente, con diez o doce años ya decía que me gustaría ser director de cine. Traté de dirigir mis estudios al mundo audiovisual, desde las posibilidades que había donde vivía. Estudié electrónica y bachillerato en mi pueblo y luego me vine a Madrid donde fui creciendo y estudiando diseño y nuevas tecnologías y un master en post producción. Luego mucha diversidad de experiencias en todas las facetas de este mundo: diseño, producción, incluso interpretación y eso me hizo crecer mucho y aprender desde dentro. También en el mundo de la publicidad, por el que siento pasión y en el que he aprendido muchas cosas. Quizás como los gitanos, somos vendedores… pues, fui metiendo cabeza poco a poco.

B.G.- Qué soñabas con mostrar desde pequeño

Yo siempre quería contar historias, me imaginaba e inventaba historias.

B.G.- Esos primeros trabajos que firmas, cuáles son

P.V.- Pues monto una pequeña productora y mi primer trabajo fue precisamente para la Fundación Secretariado Gitano en un vídeo llamado El alma no tiene color en el que estaba Antonio Carmona; fue una experiencia muy buena.

Por supuesto también muchos eventos, pero yo trataba de dejar mi impronta artística, algo que no se hacía en aquel momento en los vídeos de eventos. Algunas agencias lo captaron y me apodaron el “Spielberg de los eventos” (risas). Así que salieron cosas mas grandes como campañas para L´Oreal, Chivas y otras marcas prestigiosas.

A partir de ahí decidí llevar mi carrera para crecer en lo artístico en lugar de como empresa y, claro, esto me está costando unos años para establecerme y poder jugar en primera división. Es complicado que cuando hay proyectos importantes la gente confíe en ti, necesitas tener experiencia y bueno, poco a poco creo que lo estoy consiguiendo.

B.G.- Qué autores o directores te han marcado

Me gusta todo lo bueno. Me encanta la poesía visual de Tarkovski, me identifico mucho con ella. Pero luego el surrealismo de Buñuel me apasiona y el humor de Cuerda me encanta y Tarantino para mí es un esteta con un poderío y un enganche mainstreaming que es lo máximo. Porque a veces se hace un cine muy elevado pero que llega a poco público. A mi me encantaría hacer un cine elevado pero que lo entienda todo el mundo.

También soy fan de Barry Jenkins, es un director Afroamericano que hizo Moonlight y que ahora tiene una serie llamada El tranvía subterráneo sobre la esclavitud en América que me ha encantado, la recomiendo. Creo que la forma en la que lo cuenta se nota que el director es una persona negra. Transmite dureza, pero con dignidad y una fuerza que creo que solamente lo podría hacer alguien que lo sienta como suyo.

B.G.- ¿Crees que un director o directora gitana puede expresar diferente?

Aparte de la mirada como artista que cada uno tenga, cuando se trata de una mirada a tu propia cultura, lo harán diferente. Creo que te da una libertad para poder hablar de esas temáticas sin miedo. Incluso reírse de uno mismo es mucho mas fácil cuando perteneces al grupo.

Un director/a gitano creo que no necesita ir al morbo ni al exotismo de lo gitano, incluso tratará otros temas quizás más surrealistas y mágicos que nos suceden a los gitanos a menudo en la vida.

B.G. ¿Crees que un artista gitano/a tiene una responsabilidad en la reivindicación social de su pueblo en su trabajo?

Creo que sí, en mi caso al menos mi parte activista va incluida en mi trabajo. Yo reivindico mi gitanidad en todos lados, incluso en trabajos que no tienen nada que ver con lo gitano o lo social. Tenemos el deber de ser referentes, de ofrecer nuestra tribuna para nuestra lucha. Es algo que vemos en los referentes de la lucha del pueblo Afroamericano. Sin embargo, muchas veces lo echo de menos con los artistas gitanos, por ejemplo, en el Flamenco.

B.G: Tienes razón, he visto en muchas ocasiones tratar de evitar la palabra gitano en el Flamenco Gitano porque puede tener repercusiones en la cantidad de trabajo que tengan.

Esos miedos hay que romperlos, porque si no, nunca nos van a tener en cuenta. No podemos esperar a que hagan las cosas por nosotros, tenemos que ser nosotros los que lideremos la revolución. Tenemos que ocupar todos los espacios sociales para cambiar las cosas desde los profesores, a los jueces, los policías, los artistas, los funcionarios…

La verdad es que este tema me indigna, porque con lo que hemos aportado los gitanos a la cultura de este país, que no haya un reconocimiento, ni siquiera respeto, eso me duele mucho.

Cuando era pequeño, el Flamenco era considerado una cosa de los gitanos o bien una cosa rancia... y ahora como está de moda pues lo gitano sobra en el flamenco, me parece indignante.

B.G Es que el Flamenco es una industria muy fuerte hoy en día, que mueve mucho dinero y también influencias y puestos políticos. Al respecto viví una situación con un gitano Flamenco mayor, en una cena de gala del Flamenco al ver tanta gente tan poco flamenca dijo “¿toda esta gente come de nosotros?”

Para mí es una forma de racismo claro, espero que la generación de gitanos y gitanas que están haciendo trabajos de investigación relacionados con el Flamenco desmonten todas esas teorías absurdas que minimizan nuestro papel como creadores en el Flamenco.

Por mi parte cada vez que me han encargado algo relacionado con el Flamenco siempre trato de dejar patente ese mensaje gitano. Porque yo he mamado el flamenco desde pequeñito, eso está dentro de mí. Yo conozco los límites y la ética del Flamenco. A veces me pregunto ¿cómo puede hacer un video clip de Rosalía con un tema flamenco y meter cosas de la película El exorcista. Pues no, eso no es ser moderno, eso es darle una patada a todo (risas). Que yo soy un enamorado de la vanguardia y de libertad en el arte, pero cuando pasan esas cosas es que creo que no han sabido captar las bases de las cosas. Para mí no todo vale.

B.G.- ¿Cuáles son entonces los límites?

Creo que hay que documentarse muy bien. Si no es tu cultura o tu especialidad, debes informarte de las personas implicadas. Por ejemplo, si no eres gitano y vas a hacer una película de temática gitana o centrada en personajes gitanos, como por ejemplo Carmen y Lola, debes ser consciente del daño que haces. No puedes poner dos personajes masculinos tan cerrados, al menos uno tiene que ser conciliador, y luego que salga que existen plataformas LGTBI gitanas que la asisten, al menos un segundo dame ese plano porque si no… lo que hacemos es reforzar prejuicios. Es lo que me molestó, porque tú esa película la ves sin prejuicios y es una historia de amor tierna, bonita, pero si el mensaje es homofobia e incultura. Y si encima cuando levantas el Goya dices que le das voz a las mujeres lesbianas gitanas, pues no haces bien al pueblo, además de que no es verdad. Si haces cine social, tienes que tener presente las repercusiones del mensaje que estás mandando.

 B.G.- ¿Crees que es necesario un cine gitano?

Por supuesto, es la oportunidad que espero tener. Pero cuando la tenga, tengo claro que hacen falta actores y actrices gitanas, que no los hay. Tenemos mucho talento, pero nos falta formación. Si no, los papeles que llegarán serán para hacer de ti mismo, pero no vas a poder dedicarte profesionalmente. Tengo que destacar a Moreno Borja, que es un actor que siempre que pueda trataré de trabajar con él. Pero poco más. Y es que ser actor requiere de un trabajo muy grande, no sirve que solo sepas hacer de ti. Si vas a hacer una película de jóvenes gitanos en la ciudad, pues bien, pero ¿qué pasa si quiero hacer una gitana de super héroe? O quieres irte al siglo XVII, ¿qué pasa? Pues eso me preocupa, porque yo quiero escribir cosas, pero sé que me encontraré con este hándicap. Entonces tienes que darle la vuelta y al final dirán, es que estás usando a Bardem para hacer de gitano, y yo digo, oye pues me encantaría (risas). Que no me importa, pero me gustaría que hubiera actores y actrices gitanas profesionales y espero que vaya cambiando con el tiempo.

B.G.- ¿Cuál es tu gran proyecto?

Mi gran proyecto es siempre en el que estoy trabajando ahora mismo.  Ahora mismo estoy haciendo un trabajo para la Fundación Secretariado Gitano por el 20 aniversario del programa Acceder. También estoy haciendo un vídeo precioso para ERIAC con la actriz Alina Serban y un equipo gitano. Estoy ilusionado con estos trabajos. Además, estoy a punto de firmar una serie documental importante.

Pero creo que me lo estoy currando para que llegue un gran proyecto que tengo en mente para contar la historia del pueblo gitano que es una gran desconocida. Lo que pasa es que esto necesitaría de un gran presupuesto. Ojalá alguien lo lea y surja esta posibilidad, creo que es muy necesaria.

B.G.- Bueno Pablo, estaremos pendiente de tus nuevos trabajos donde podemos verlos.

En mi cuenta de Instagram @bypablovega y en mi Vimeo vimeo.com/pablovegavega

B.G Sastipen thaj mestipen, prala Pablo

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