01 de Abril de 2019
FSG
12 días después de la muerte de una persona en El Pozo, han continuado las concentraciones vecinales que piden la expulsión de las familias gitanas.
La FSG está dando apoyo desde el día 19 de marzo de 2019, tras la solicitud expresa de protección de la familia
Dos días después de que un hombre fuera apuñalado presuntamente por un vecino de etnia gitana, las familias gitanas de El Pozo llamaron a la Fundación Secretariado Gitano y nos trasladaron que tenían miedo, que estaban señalándoles y que necesitaban protección.
Se mantuvo una reunión con las familias a propuesta de las familias para trasladarnos la situación e inmediatamente se reaccionó: se difundió un comunicado, se visitó el barrio con las familias, visibilizando el apoyo de la FSG, ese mismo día se interpuso denuncia en la Unidad de gestión de la diversidad y delitos de odio de la Policía local (en la que se pidió que se investigaran los actos antigitanos de quema y destrozo de propiedades de las familias gitanas) y, fundamentalmente, solicitábamos protección a las familias.
Desde la Fundación Secretariado Gitano hemos condenado el apuñalamiento, solicitado a la Justicia que investigue y hemos acompañado desde el primer momento a las familias gitanas que estaban sufriendo las represalias y actos racistas en el barrio y que nos solicitaron apoyo y protección. Seguiremos apoyando a las familias en su decisión, en caso de quedarse en solicitar garantías de protección y en caso de no querer quedarse, en este proceso.
Asimismo, hemos participado en las reuniones con representantes de la administración local, vecinal y entidades gitanas. dónde se han llegado a acuerdos y a fecha de hoy nos satisface que se hayan eliminado las pintadas de odio en el barrio de El Pozo y tampoco tenemos constancia que continúen las concentraciones.
Desde la FSG esperamos que se restituya la normalidad al barrio y que cada entidad, autoridad o persona y medios de comunicación, actuemos en consecuencia y responsabilidad para que un suceso violento puntual sea tratado como tal y se juzgue a la persona que lo ha provocado y no a la familia o a la totalidad de la Comunidad gitana. De lo contrario, estaríamos incurriendo en prácticas y pogromos antigitanos, que nos remontan a épocas anteriores en los que las personas gitanas han sufrido persecución, amenazas y destierros por situaciones similares, que sólo se producen cuando se trata de personas de etnia gitana, que no son desafortunadas casualidades sino pautas repetidas de rechazo, que vulneran derechos fundamentales como son la Igualdad y la Dignidad de las personas y no se pueden repetir.
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