27 de Junio de 2013
FSG
El que fuese compañero y trabajador de FSG Córdoba durante 8 años, Marcos Santiago, ha escrito "Amor de Olivo".
Este abogado, columnistra y ahora escritor, presentó su primera novela el pasado 6 de Junio en el Colegio de Abogados de Córdoba. Una historia que se adentra en la marginación de la mujer y sitúa en los años de la posguerra española.
Aprovechamos la entrevista que le hicieron en el Diario de Córdoba donde nos cuenta el por qué de esta novela.
Cuando tenía 8 años quería ser político, "entendiendo la política como la vía para mejorar las condiciones de los ciudadanos", una aspiración a la que finalmente llegó de la mano de la abogacía, lo que le convierte en un gitano atípico, algo que él niega rotundamente porque "no hay gitano más gitano que yo en el mundo entero". Siempre al lado de los desfavorecidos, algo que refleja en los artículos que publica semanalmente en Diario CORDOBA, ahora da el salto a la novela conAmor de olivo , una historia que se adentra en la marginación de la mujer y sitúa en los años de la posguerra española y que ayer presentó en el Colegio de Abogados.
-- Amor de olivo es un título que ya utilizó en uno de sus artículos periodísticos. ¿Tiene que ver con esta novela?
--El artículo es el comienzo de la novela, en la que, fundamentalmente, he tratado de demostrar que la situación de la mujer de mediados del siglo XX no había avanzado desde el siglo XIX. Sobre todo, se trata de denunciar una situación y de que las nuevas generaciones sepan que la mujer, en muchas ocasiones, no ha podido acceder a la felicidad solo por el hecho de ser mujer.
--¿Qué aporta esta novela respecto a otras de la misma temática?
--La novela quiere denunciar que mucha culpa de esa situación de inferioridad es de la propia mujer. De esas madres que educaban a las hijas exclusivamente para complacer al varón. Creo que si tiene alguna novedad con respecto a otras obras que han denunciado esto es que subrayo la culpa de la propia mujer, que no ha tenido un espíritu más reivindicativo.
--¿En qué marco sitúa la acción?
--En la Andalucía profunda, en el ámbito rural, en el Sur de Córdoba. Hay un elemento siempre presente desde el principio hasta el final, el olivo. El olivo como símbolo y testigo de todas las desventuras que ha sufrido el pueblo andaluz.
--Usted, valedor de la etnia gitana y muy crítico con la marginación que sufre, ¿por qué en su primera novela reivindica la figura de la mujer y no se adentra en este tema?
--Creo que la discriminación que ha sufrido la mujer no es comparable a ninguna otra, es la más fuerte, la más brutal. Aunque la de las mujeres gitanas quizá sea doble.
--¿Algún día dejaremos de hablar de esto?
--Estoy seguro, aunque también es cierto que en las nuevas generaciones se está retrocediendo, sobre todo en los adolescentes. Paradójicamente, cuanto más se avanza a nivel institucional, en el día a día se está volviendo atrás. Quizá vaya en consonancia con el fracaso escolar.
--¿Qué ha pretendido con esta novela, aportar algo o dárselo a sí mismo?
--Es el comienzo, espero, de una carrera literaria. Siempre ha sido un sueño dedicarme a la literatura y lo dejaría todo por escribir libros que denuncien una realidad.
--No cabe duda de que es un gitano que ha roto moldes.
--Yo no he roto moldes. Romper moldes es decir de una vez que una persona como yo no esta rompiendo moldes, que hay muchos como yo. Es verdad que hay un alto porcentaje de la etnia gitana que se encuentra en riesgo de exclusión social, pero es igualmente verdad que hay otro porcentaje que no necesita ningún plan de integración.
--¿Cuando se dejará de asociar la marginación a la etnia gitana?
--Hay mucho trabajo por delante, y lo importante es no dejar nunca de luchar.
--¿Puede convertirse este en el tema de su próxima novela?
--Puede ser, pero ya hay muchos gitanos y gitanas en España que están escribiendo sobre esto.
--¿De dónde le viene esta vena literaria?
--De mi padre, siempre estaba leyendo y escribiendo.
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