Los medios de comunicación siguen estigmatizando al conjunto de la población gitana, dando excesivo protagonismo y relevancia a casos aislados o extraordinarios y poco representativos de la situación de la mayoría de los gitanos (focos chabolistas, tráfico de drogas, robos, violencia, etc.).
Por otro lado, podemos constatar también la existencia de un gran desconocimiento sobre la realidad gitana, y la abundancia de los esterietipos positivos (la alegría de vivir de los gitanos, el mundo del flamenco,et.) que, junto con los negativos ya mencionados, distorsionan la imagen real de la heterogeneidad existente dentro de la comunidad.
Con respecto a la mención étnica, al margen de que el afectado sea o no gitano, algo que sólo él podrá asegurar, ya que dicho dato no consta ni en los censos de población ni en los archivos policiales, reproducir este tipo de expresiones en los medios de comunicación tiene un gravísimo efecto negativo sobre la imagen social de la comunidad gitana española.