REVPROVPQ.GIF (3898 bytes) Número 10   - Junio 2001 - Revista Bimestral de la Asociación Secretariado General Gitano

 

EL AYER Y EL HOY

 

Gitanos estereotipos... y
cintas de vídeo


Hay pocos españoles que sufran el proceso de construcción de estereotipos como los gitanos y las gitanas, estereotipos que suelen ser, por lo general, bastante negativos. La presencia de perfiles gitanos en los guiones del cine español ha sido en el AYER y sigue siendo HOY tan escasa como sesgada hacia los tópicos de siempre que hacen tan pobre favor a su imagen social. Daniel Wagman, escritor e investigador, colabora en esta sección con sus comentarios a algunas películas españolas protagonizadas por personajes de gitanos y gitanas.

 

El cine es quizás una de las fuentes más importantes de construcción y comunicación de estereotipos. Es un poderoso medio de comunicación y, para contar toda una historia en menos de dos horas, necesita a menudo recurrir a personajes simbólicos, característicos y estereotipados. El papel del cine español en la construcción y reproducción de la imagen de los gitanos debería ser un campo para la investigación en el futuro que podría ayudar a comprender el porqué de los estereotipos y prejuicios actuales, y también a dilucidar vías para luchar por una necesaria mejora en este terreno. José Angel Garrido, alumno de Teresa San Roman, realizó un interesante estudio (1) sobre este tema con un trabajo de campo basado en analizar decenas de películas españolas y de otros países en las que aparecen gitanos con personajes importantes. La investigación, entre otras cosas, clasifica a los personajes gitanos que aparecen en las películas como "folclóricos" (estereotipados) o "antropológicos" (si reflejan algo de la realidad de la cultura gitana). La conclusión final, nada sorprendente, es que los primeros constituyen la gran mayoría de todas las apariciones de personajes gitanos en el cine.

En el cine español es casi imposible encontrar una película con personajes gitanos en la que no haya gitanos que cometan alguna actividad delictiva. Más aún, el delito del gitano es el elemento principal de la trama en un importante porcentaje de cintas. Otras veces, el delito de poca importancia actúa como mero recurso cómico, pero casi siempre están ahí. Hay bastantes películas españolas en las que gitanos o gitanas son los protagonistas principales (como personajes gitanos, ya que la mayoría de los actores son payos… aunque éste sería tema para otro articulo), y donde la trama se centra justo en la cuestión de su identidad gitana y sus relaciones con el resto de la sociedad. Y es sorprendente que esto se dé con más frecuencia en épocas anteriores que ahora.

Consultando las fichas de la Enciclopedia del cine español (2) se encuentran referencias a treinta y cinco películas en las décadas 40 y 50 con personajes gitanos, mientras que en los 70 y 80 se encuentran sólo nueve. En la década de 1910 a 1920 se rodaron quince películas sobre gitanos.

Aunque nos vamos a encontrar algunos de los más acendrados tópicos sobre los gitanos, es interesante ver películas antiguas en las que aparecen personajes de gitanos y gitanas tratados de manera muy positiva, e incluso ejemplos de cine con un fuerte contenido crítico respeto al racismo anti-gitano. Entre estos ejemplos, uno de los más fascinantes y divertidos es la versión de Morena Clara rodada en 1936 por Florian Rey con Imperio Argentina como protagonista. Aunque al principio parece reproducir los tópicos (Imperio es una gitana que, en compañía de su hermano golfo, roba algunos jamones pare revenderlos a su dueño), se convierte luego en una burla de los tópicos y estereotipos: Imperio acaba trabajando de criada en la casa del fiscal que la condenó a la cárcel, pero en esta casa se descubre que el padre de fiscal está siendo chantajeado por la madre de su hija natural. El hermano del fiscal es un golfo irresponsable, los antiguos compañeros del fiscal son criminales mafiosos y el propio fiscal un intolerante, reprimido e hipócrita. Al final es Imperio quien, con sabiduría, humor y mesura, resuelve todos los conflictos de esta adinerada y desastrosa familia paya, dándole la vuelta al estereotipo de gitana como criminal. Una de las más bellas escenas de Morena Clara es el pasional discurso de su abogado defensor: "El señor fiscal sostiene que los gitanos viven en guerra con la sociedad. Si es así no es su culpa, sino nuestra. En lugar de amor han sufrido persecuciones y siempre encuentran nuestras puertas cerradas".

Una segunda versión de esta misma historia, rodada en 1954 con Lola Flores y Fernando Fernan Gómez, mantiene la misma tónica. En esta ocasión, en un momento dado, el fiscal explica que quiere estudiar a Lola Flores para: "…descubrir si ella es criminal por genética o por cultura", en una clara burla del guión hacia el estereotipo criminalizador. Y claro, el fiscal y ella acaban enamorándose. Este es otro mito que se reproduce habitualmente tanto en el cine como en la literatura: la bella gitana y el señorito enamorados es un tema que, en sí mismo, deberá ser materia de otro estudio.

Otra peculiar película es Martingala, de 1940, una rocambolesca historia con un curioso lío sobre identidad nacional. Un par de golfos gitanos secuestran al niño de un buen señor vasco en Andalucía y le untan con betún para vendérselo a una pareja de norteamericanos ricos que desean comprar un bebé gitano (el tema del secuestro de niños por gitanos es un estereotipo antiguo en la mitología popular que, afortunadamente, parece que ya va quedando en el olvido). Aunque el papel de los golfos es reprobable, el protagonista gitano, Martingala, que soluciona todo al final, es un papel muy digno, particularmente en su enfrentamiento con el racismo del administrador del vasco. Martingala y la criada paya del vasco se enamoran, una situación poco frecuente en la mitología cinematográfica española, aunque si se puede encontrar en países del norte como en la obra de D.H. Lawrence La dama y el gitano.

Otro curioso tratamiento de los gitanos es el de la película El Caballero Andaluz, de 1954. En ella aparece reflejada una ideología sorprendentemente "moderna", propia de los enfoques de los servicios sociales en la actualidad. Un chaval que muere en los cuernos de un toro, salvando a su padre viudo, pide un último deseo: que su padre abra un orfanato para los niños gitanos. Y así se hace y pronto tiene centenares de niños gitanos en talleres aprendiendo un oficio, y cuyos gastos obligan al padre a volver a arriesgar su vida en el ruedo. Como guinda, el padre acaba enamorándose de la bella gitana interpretada por Carmen Sevilla, que a la vez es ciega. "Que más da si es gitana y si es ciega, si yo la quiero", explica el torero por radio a toda España en un final que es toda una llamada a la tolerancia. El guión, como todavía hoy algunos asistentes sociales, da por supuesto que todos los niños gitanos roban, pero explica: "su delincuencia se debe a la falta de pan" y en la escuela aprenderá que "la tierra, que antes era sólo un lugar para robar melones, ahora es un lugar para enriquecerse trabajando".

Del ayer al hoy

He citado estas tres películas como interesantes ejemplos históricos (el cine también es historia) de cómo se ha tratado a los gitanos en el cine. Y en estos tres casos aparecen ciertos elementos positivos aunque, a la par, combinados con aspectos muy ambiguos cuando no deplorables. Merece la pena en todo caso volver a ver estos y otros títulos como El Gato Montes, La Bella de Cádiz, Canelita en rama, Carmen la de Triana, Debla la virgen gitana, María de O para ver cómo se reflejaba el mundo gitano y para profundizar en cómo el cine ha podido influir en los arraigados estereotipos actuales. A la vez me parece interesante analizar el estado de la cuestión en el panorama de la cinematografía española actual, en el que no queda tan claro que se haya mejorado, sino es posible que todo lo contrario. Circula la idea de que hay un progreso natural en la lucha contra el racismo y la discriminación en España y, en particular, con relación a los gitanos y gitanas. Tras la Constitución de 1978 y la prohibición legal de discriminar por motivos de etnia o raza, se da muchas veces por sentado que el tema está resuelto. Sin embargo los niveles de rechazo a gitanos y gitanas siguen siendo escandalosamente altos, los medios de comunicación siguen difundiendo informaciones tendenciosas cuando no racistas, y todo esto dentro una tendencia generalizada de minimizar la existencia de prejuicios y discriminación. Volviendo con el cine, ver dos producciones españolas estrenadas el año pasado sobre gitanos no da pie a ningún optimismo. Primero tenemos ¡Ja me maaten!, una supuesta "comedia" con los peores y más groseros tópicos sobre los gitanos, con bastante éxito de taquilla y con una segunda parte en preparación. Y también se escapó una aberrante y despreciable producción, Gitano, escrita por Arturo Perez-Reverte, (ya reincidente, que en 1996 escribió la también racista y malísima Cachito). Por lo menos Gitano era tan mala que el poco público que fue a verla acabó, en general, riéndose de la película, y las denuncias hechas por diversas asociaciones gitanas tuvieron bastante repercusión.

Desgraciadamente otra película sobre gitanos, Vengo, del gitano argelino-francés Toni Gatlif (3), fue un experimento fallido. Aunque trataba con respeto a los personajes y contenía algunas escenas muy acertadas, el director parece trasladar su conocimiento de los gitanos de otros países a la realidad española cometiendo un notable error.

Ojalá que más gitanos y gitanas tengan oportunidades para participar en la creación cinematográfica. Será una buena manera para que el cine, en lugar de ser un medio para la continuación de los viejos estereotipos, llegue a ser una herramienta para el conocimiento y la apreciación de la cultura gitana y también, incluso, de lucha contra la discriminación. Quizás es hora para una nueva versión de Morena Clara.

Daniel Wagman

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estereotipos negativos

Los estereotipos existen con relación a casi cualquier colectivo, sea un grupo étnico, nacional o grupos con un determinado estilo de vida. Los estereotipos no son siempre negativos, como las afirmaciones de que "los japoneses son muy trabajadores" o "las suecas son guapas". Incluso se argumenta que el estereotipo es un necesario proceso cognitivo de construcción de categorías simplificadoras, que nos permite manejar la infinita cantidad de información que compone la realidad. Sin embargo el proceso de creación y arraigo de los estereotipos es muy problemático, ya que suelen ser muy superficiales en sus generalizaciones y llegan a convertirse en obstáculos para ver, conocer y apreciar realmente a los individuos que estamos identificando como miembros de un colectivo. La utilización de estereotipos negativos para relacionarse con las personas se convierte en actitudes de prejuicio y acciones de rechazo hacia ellas.

NOTAS

(1) Garrido Almiñana, José Ángel: Minorías étnicas y cine de ficción: una aproximación histórico-antropológica. El caso de los gitanos. Tesis doctoral, (no publicada), presentada en la Facultad de Geografía y Historia de la Universidad de Barcelona, 1998.
(2) Enciclopedia del cine español: cien años de cine español. [CD Rom], Micronet, 1996.
(3) Sus anteriores películas como Latcho Drom o El Extranjero Loco, sobre los Roma de Europa del Este, son imprescindibles.

Los gitanos en el cine
Revista Gitanos, pensamiento y cultura. Nº0,   Nº6,   Nº9,  

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