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La discriminación antigitana en cifras[editar]

Tal y como venimos documentando, desde hace 18 años, en nuestros informes anuales “Discriminación y Comunidad Gitana”, las personas gitanas siguen sufriendo discriminación en el acceso al empleo, la vivienda, la educación, los bienes y servicios, controles de identificación policial por perfil étnico, estigmatización en medios de comunicación y discurso de odio en redes sociales. Además, hay casos en los que ese rechazo adquiere una forma violenta y se traduce en delitos de odio extremo, esto es, en ataques o agresiones en los que la motivación principal es el ánimo antigitano del agresor.

Pero los más de 3.000 casos que hemos atendido y documentado  a   lo   largo  de  estos  años,  tras confirmar el carácter discriminatorio de los incidentes denunciados por personas gitanas, no son más que la punta del iceberg de una situación estructural muy generalizada. En efecto, si bien la imagen social de la comunidad gitana ha mejorado notablemente entre la población general española  ‐tal  y  como  refleja  el  Eurobarómetro Especial sobre  la  Discriminación en  Europa publicado en 2019, donde la sociedad española demostró tener menos estereotipos y prejuicios antigitanos que el resto de países europeos‐, lo cierto es que todavía queda un largo camino que recorrer para que la comunidad gitana pueda ejercer sus derechos en condiciones de igualdad y sin discriminación alguna.

Los resultados de la Segunda encuesta de la Unión Europea sobre las minorías y la discriminación (EU‐MIDIS II) publicada en 2017 arrojan datos muy concluyentes: el 51% de las personas gitanas encuestadas en España afirmaron haber sufrido discriminación en los últimos 5 años (frente a la media de 41% en el total de los 9 países objeto del estudio) y el 35% (frente al 26% del total europeo) afirmaron sufrir discriminación en el último año, de lo que se extrae la asiduidad con la que se produce la discriminación contra la comunidad gitana. Por ámbitos, donde más discriminación refiere haber sufrido la comunidad gitana en España es en la búsqueda de empleo, la vivienda y el acceso a otros servicios públicos. Pese a ello, tan sólo un 5% de los encuestados en España (frente al 12% del total de los encuestados en países europeos) contestaron haber denunciado o presentado una reclamación, lo que demuestra la fuerte infradenuncia.

Por su parte, el último Estudio sobre discriminación por origen racial o étnico: la percepción de las potenciales víctimas del Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica (CEDRE) (dependiente del Ministerio de Igualdad), publicado en 2020, refleja que, de todos los grupos poblacionales encuestados, es uno de los que afirma haber sufrido mayores niveles de discriminación (el 43% asegura haber sufrido algún incidente discriminatorio en los últimos 12 meses), incluidas las formas de discriminación interseccional que afectan de una manera específica a las mujeres gitanas. Por ámbitos, la población gitana es la que refiere las más elevadas tasas de discriminación en el acceso a la vivienda (31%), el rechazo del vecindario (8%), el acceso a establecimientos o espacios públicos, y de acceso a bienes y servicios (31%), y el acceso al empleo (30%). Al igual que la encuesta del EU‐MIDIS, este estudio arroja datos alarmantes sobre las altas tasas de infradenuncia que se dan en el seno de la comunidad gitana: de todas las personas gitanas que afirmaron haber sufrido discriminación en los 12 meses, tan sólo el 11,5% contestaron haber presentado alguna queja, reclamación o denuncia, frente al 18,2% del total de los grupos encuestados.

Todas estas situaciones se producen en un contexto en el que el discurso de odio antigitano aumenta y se propaga a través de las redes sociales. En efecto, en el último ciclo de monitoreo realizado por la Comisión de la UE, en colaboración con los informantes fiables, para evaluar la aplicación del Código de Conducta para combatir el discurso de odio ilegal en línea, el antigitanismo (12,5% del total de los mensajes) es el tercer motivo de odio más reportado del total de los mensajes denunciados, después de la orientación sexual (18,2%) y xenofobia (18%).

Además, estos últimos años han generado un nuevo escenario social, político y sanitario a partir de la crisis de la COVID. En este contexto de pandemia, hemos visto surgir ciertos discursos, mensajes y rumores donde se vinculaba a la comunidad gitana con la expansión del virus, mensajes que han dañado enormemente la imagen de esta comunidad y la convivencia. Tanto es así que el Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica tuvo que publicar una recomendación para paliar los efectos de estos mensajes. La propia FSG realizó en el año 2021 un estudio sobre esta situación, donde constató el fuerte impacto personal y colectivo que están teniendo estos casos de hostilidad derivados de la pandemia.

Ahondando en la situación de las mujeres gitanas, en 2015 el Comité de la CEDAW dio a conocer las observaciones finales adoptadas al término del examen realizado al Estado español sobre la aplicación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer la ONU. El Comité contempla la situación de desigualdad que afecta a las mujeres pertenecientes a grupos vulnerables, haciendo una serie de recomendaciones específicas para asegurar la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres gitanas.

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