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Carta al director. Diario ABC Sevilla[editar]

Carta de respuesta a los artículos publicados recientemente en ABC Sevilla por Antonio Burgos e Ignacio Camacho sobre la comunidad gitana.

12 de Enero de 2006
FSG

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Cartas al Director. Diario ABC

Señor Director,

“En la lucha contra el racismo y otras violaciones de los derechos humanos que son el resultado de los prejuicios, los medios de comunicación contribuyen a eliminar la ignorancia y la incomprensión entre los pueblos, a conseguir el respeto de los derechos y la dignidad de todos los individuos, sin distinción de raza, de sexo, de lengua, de religión, o de nacionalidad”.. 

Es lo que proclama la UNESCO en una de sus declaraciones sobre el papel de los medios de comunicación en la promoción de los derechos humanos, el fortalecimiento de la paz y la lucha contra el racismo. Más aún, la mayoría de los códigos de ética periodística de ámbito nacional e internacional, llaman a la reflexión sobre las consecuencias que provoca la mención de la etnia o nacionalidad de las personas que han cometido un delito en la configuración de la imagen social de sus comunidades y, por tanto, en la generación de prácticas discriminatorias y nuevos prejuicios sociales.

Omitir la pertenencia étnica del autor de un crimen tan grave y detestable como el ocurrido en Sevilla, no es, como algunos defienden, una mal entendida discriminación positiva o racismo inverso (ver el artículo titulado “Racismo Inverso” publicado por Ignacio Camacho en la sección “Una raya en el agua” del ABC de 11 de enero) , sino un medio de garantizar los derechos fundamentales de una comunidad, la gitana, a la que, con demasiada frecuencia, suele atribuirse en su conjunto los comportamientos aislados, excepcionales e individuales de sus miembros más desfavorecidos. Todo ello sin tomar en consideración los significativos avances en materia de inclusión social alcanzados en las últimas décadas, ni el enorme esfuerzo por la convivencia normalizada que han realizado las familias gitanas y sus entidades representativas.

Afirmar, como ha aparecido repetidamente en su periódico a raíz de los trágicos acontecimientos de Sevilla, que los gitanos, sin ningún tipo de distinción o matiz, “tienen sus propios códigos tribales”, “aplican su inmisericorde Ley del Talión”, o que “ya sabemos lo que ocurre si un payo atropella mortalmente a un gitano” (ver el artículo “Gaspar García no era Farruquito” publicado en la sección “El recuadro” del ABC de 10 de enero), está muy lejos de cumplir con los objetivos de la UNESCO mencionados con anterioridad. Por el contrario, dichas manifestaciones se encuentran en el límite de lo dispuesto por  el artículo 510 de nuestro Código Penal, pudiendo constituir una provocación a la discriminación, el odio o la violencia racista también prohibida por la Directiva 2000/43 de la  Comisión Europea, relativa a la aplicación del principio de igualdad de trato y no discriminación de las personas independientemente de su origen racial o étnico, plenamente vigente en nuestro ordenamiento jurídico a través de la ley 60/2003.

Tal y como recomienda la propia Federación Internacional de Periodistas, apelamos a los profesionales de los medios de comunicación a ser conscientes del impacto de sus palabras e imágenes en los miedos más arraigados y la promoción de la exclusión social que existe en nuestra sociedad. 

-          Cristina Domínguez Robles, Área de Igualdad de Trato de la Fundación Secretariado Gitano

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