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Según el informe FOESSA 'los niveles de exclusión en la comunidad gitana son alarmantes y su situación está empeorando muy rápidamente con la crisis y los recortes sociales' [editar]

El 72% de las personas gitanas viven en situación de exclusión frente al 23,6% del conjunto de la sociedad

28 de Octubre de 2014
FSG

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Según el informe FOESSA 'los niveles de exclusión en la comunidad gitana son alarmantes y su situación está empeorando muy rápidamente con la crisis y los recortes sociales'

Según el VII Informe FOESSA sobre exclusión y desarrollo social 2014 presentado ayer, 28 de octubre, casi 3 de cada 4 personas gitanas que viven en España (el 72%) se encuentran en situación de exclusión social: 54% de ellas en exclusión severa, más del doble que hace 4 años (26%, FOESSA 2009) y cinco veces más que el resto de la sociedad (9,5%). El informe confirma que la crisis, y las respuestas políticas que se le han dado, han intensificado los procesos de exclusión social de las familias gitanas que, ya antes de la crisis, destacaban por su gravedad.

 

Ante unos datos tan alarmantes, desde la Fundación Secretariado Gitano (FSG) apelamos a la responsabilidad pública ante esta situación y reclamamos, una vez más, la necesidad de invertir en un sistema de protección social inclusivo con servicios públicos de calidad, e intensificar las medidas específicas de compensación y activación adaptadas a los grupos más vulnerables para garantizar la cohesión social y reducir la brecha de la desigualdad.

Las conclusiones del VII Informe FOESSA son determinantes: la fractura social se ensancha en España, el empeoramiento de la situación social se extiende a amplios sectores de la población, pero además, el espacio de la exclusión social afecta más a algunos grupos sociales, como la población gitana (que el propio informe estima entre 800.000 y 1 millón de personas).

Según el informe FOESSA los niveles de exclusión en la comunidad gitana son alarmantes y su situación está empeorando muy rápidamente con la crisis y los recortes sociales”. Y es que las personas de etnia gitana no solo están sobrerrepresentadas en el espacio de la exclusión social, sino que además se enfrentan a altos niveles de discriminación.

El informe confirma con datos la ya extendida idea de que la población excluida, y en especial quienes se encuentran en situaciones más severas, han sido especialmente afectados por la crisis. La incidencia diferencial que los procesos de exclusión están teniendo en los distintos grupos étnicos ha puesto en el punto de mira el modelo de integración para las minorías étnicas. En el caso de la comunidad gitana, el informe confirma nuestra percepción, desde la FSG, de que la crisis y las medidas de austeridad aplicadas están erosionando significativamente importantes logros en el proceso de inclusión social que se habían producido en el periodo anterior.

Según el informe FOESSA 2013, el porcentaje de población gitana en condiciones de integración (integración / integración precaria) se mantiene respecto a la situación de 2009 con ligeras variaciones (24% en 2009, 27% en 2013), pero el gran cambio se produce en el significativo paso de situaciones de exclusión moderada a exclusión severa (en 2009 el 50% de la población gitana vivía en situación de exclusión moderada y el 26% en exclusión severa; en 2013, el 54% vive en exclusión severa y el 18% en exclusión moderada).

Pero estas cifras nos parecen aún más preocupantes si las comparamos con la situación del resto de la población española. Si en 2009 la brecha ya era significativa (26,6 % de la población gitana vivía en situación de exclusión extrema, frente a un 5,8% del conjunto de la sociedad), en 2013 la distancia aumenta (54,4% de las personas gitanas vive en exclusión extrema, frente al 9,5% del conjunto de la sociedad). Constatamos que la crisis no ha afectado a todos por igual, los que estaban más excluidos, lo son más ahora, y la población gitana está sufriendo sus efectos de manera más grave y desproporcionada, tal como ya anunciábamos en 2013 en nuestro informe El impacto de la crisis en la comunidad gitana [1].

En línea con nuestros propios datos, la exclusión del empleo, la educación, la vivienda y la salud de las personas gitanas son las variables más destacadas de acuerdo a los datos del estudio FOESSA. La tasa de exclusión del empleo es muy elevada entre la población gitana  (78,6% en 2013) y claramente superior a la del conjunto de la población; pero mientras que ésta es, en buena medida, consecuencia de la crisis, en el caso de los hogares gitanos no se trata de un fenómeno coyuntural, sino estructural. Por eso entendemos que revertir ese proceso de exclusión del empleo exige medidas de formación e inserción laboral transformadoras, a largo plazo y con recursos suficientes. El acceso al empleo es, según nuestra experiencia, una palanca fundamental para promover la inclusión social.

La gravedad de la exclusión de la educación que denunciamos desde hace tiempo en la Fundación Secretariado Gitano se refleja en un nivel de educación formal muy bajo en comparación con la población mayoritaria, pero sobre todo en el abandono prematuro del sistema escolar a partir de los 12 años y en la tasa de fracaso escolar, que en la población gitana es casi 5 veces superior que para el resto de la población (64,4% frente al 13,3% en 2013, según datos de la Fundación Secretariado Gitano[2]). Ahí es donde se percibe la brecha más claramente y por eso la FSG concentra sus esfuerzos en programas de educación dirigidos a combatir las altas tasas de fracaso escolar y abandono prematuro del sistema escolar de los jóvenes gitanos. Pero el dato que nos parece aún más grave, y que refleja el alto nivel de desigualdad, es que la exclusión educativa entre las personas gitanas se ha duplicado en los últimos años (del 18,2% en 2007 al 36,7% en 2013) precisamente cuando el proceso en el resto de la población ha sido el contrario (del 10,2% en 2007 ha bajado al 7,7% en 2013).

Los datos del estudio demuestran además que hay una clara relación entre nivel educativo e intensidad de la exclusión. Cuanto mayor es el nivel de estudios de las personas, menores son las posibilidades de sufrir procesos de exclusión social. Por eso, si queremos romper la transmisión intergeneracional de la pobreza y la exclusión, tan presente en la comunidad gitana, debemos apostar por una fuerte inversión en programas de educación de calidad que compensen las desigualdades de los grupos más excluidos y alejados del sistema educativo.  

El informe FOESSA llama la atención sobre la especial vulnerabilidad de dos grupos con repercusión en el futuro y que afectan muy especialmente a la comunidad gitana: la infancia y los jóvenes desocupados fuera del sistema educativo. La exclusión social en la infancia se está convirtiendo en un problema de primer orden que condicionará el desarrollo personal de estos menores en el futuro y que puede contribuir a una cronificación generacional de las situaciones de exclusión social. En el caso de los jóvenes desocupados fuera del sistema educativo, la exclusión supone una importante pérdida de capital humano para las próximas décadas. Nos parece alarmante que, según datos del informe FOESSA, más de 1 de cada 10 jóvenes de 16 a 26 años que no estudia ni trabaja es gitano (una proporción que multiplica su peso demográfico). La falta de medidas adaptadas a este grupo es, a nuestro entender, la causa de esta sobrerrepresentación de la juventud gitana en este sector de la población.

Según los resultados del informe, resulta preocupante la evolución de la exclusión más severa tanto por la intensidad y acumulación de problemas que implica, como por el aumento cuantitativo que ha experimentado: 5 millones de personas se encuentran ya afectadas por situaciones de exclusión severa (donde se concentra el 54% de la población gitana), un 82,6% más que en 2007. Este millón y medio de hogares requerirían una atención de urgencia desde los distintos recursos públicos de protección social. Frente a los recortes presupuestarios y reducción de servicios públicos y prestaciones, el agotamiento de los apoyos familiares y redes próximas está poniendo de manifiesto, una vez más, que las políticas públicas son insustituibles para preservar la cohesión social.

Una importante conclusión del informe, que desde la FSG compartimos plenamente, es que ha crecido significativamente la acumulación de problemas en distintas dimensiones de entre las analizadas en el estudio (empleo, consumo, participación política, educación, salud, vivienda, conflicto social y aislamiento social), y que no solo se ha producido una extensión de todas estas problemáticas, sino que además éstas cada vez se concentran más en los hogares afectados. Por este motivo, creemos firmemente, tal como señala el informe, que las políticas de inclusión que se diseñen en el futuro deberán ser más complejas, más multidimensionales y más integrales si quieren ser efectivas”.

La crisis ha puesto de manifiesto las debilidades de nuestro sistema de protección, ha acentuado la brecha de desigualdad entre los más excluidos y llevado la vulnerabilidad a capas de población que no la habían conocido antes. El informe confirma nuestra percepción de que la crisis, y las respuestas políticas que se le han dado, nos conducen a una sociedad más desigual, más polarizada y mal cohesionada. Ante esta situación creemos que es necesario preservar nuestros servicios públicos universales y volver a un sistema de protección social amplio e inclusivo, el mecanismo más eficaz para garantizar la cohesión social y la garantía de los derechos fundamentales de la ciudadanía. Pero además, harán falta medidas, programas y servicios específicos de compensación y activación adaptados a los grupos más vulnerables y excluidos.

Desde la Fundación Secretariado Gitano creemos que los preocupantes datos que arroja el informe FOESSA sobre los niveles de exclusión social de la población gitana exigen una respuesta política inmediata y un esfuerzo de inversión dirigido a frenar el profundo y rápido deterioro de sus condiciones de vida como consecuencia de la crisis y las medidas de austeridad. Atajar esta grave situación de exclusión y desigualdad exige, tal como propone el informe, priorizar la atención a los fenómenos de exclusión y pobreza severa: deben ir primero los que peor están”. Es una cuestión de justicia social, de interés general y de viabilidad económica.  



[1] www.gitanos.org/publicaciones/informecrisis/

[2] “El alumnado gitano en Secundaria. Un estudio comparado”. www.gitanos.org/actualidad/archivo/102969.html

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